Ana Carbajal: “No tengo cuerpo Kardashian ni de reloj de arena”

La modelo de talla extra, que ha hecho pasarela en Alemania, Estados Unidos, Latinoamérica y Londres, destaca la importancia de aprender a quererse más allá de los cánones que establece la mercadotecnia

Ana Carbajal, modelo de talla extra | Especial
Ciudad de México /

Ana Carbajal jamás soñó con ser modelo, pero curiosamente su inseguridad por ser talla extra (plus size) la ha llevado a triunfar en las pasarelas y en diversas campañas publicitarias, primero de México y después en Alemania, Londres, Estados Unidos y Latinoamérica.

Sin embargo, la sonorense, que en su currículum registra relación laboral con Levi’s, Ilusión, Liverpool, Marie Claire y Grazia, entre muchas más, destaca que el proceso para quererse y aceptarse como es para proyectarlo en las pasarelas no fue fácil, debido a los estereotipos tan marcados que siguen existiendo en nuestra sociedad.

“Fue un proceso duro, muchas veces nos avientan el ‘ámate y ya’, pero nadie te dice cómo, porque no es un proceso lineal, son altas y bajas, hay días buenos y días malos. A mí me tocó hacerlo entendiendo que me amaba. Pero yo no sabía cómo hacerlo. Y empecé con la analogía de cómo trato a la gente que amo, cómo le hablo a mi mamá, cómo le hablaría a mi hermana. ¿Le diría: estás gorda, estás fea? Y eso me ayudó mucho a entender que tengo que empezar como alguien que se ama aunque aún no me amaba. Eso me sucedió ya siendo modelo porque empecé a hacerlo sin amarme y sin autoestima. Fue más como que me quería lanzar, como una corazonada. En realidad, fui modelo por accidente”, precisa en entrevista con MILENIO.

Y continúa compartiendo cómo fue su ingreso al modelaje: “Un fotógrafo me dijo si quería hacerlo. Y una cosa me llevó a la otra; en el momento que vi a una modelo de tallas extra en una revista siendo representada como una mujer valiosa, me cambió algo en la cabeza. Fue como un chip y dije: ‘Yo quiero sentirme así’; era más un deseo y una aspiración. Entonces empecé a accionar, sin sentirlo, como una persona que se ama. Y creo que el cerebro lo aprende porque nadie nace no amándose, nadie nace odiándose, es algo que aprendimos de lo que dicen en los comerciales, en la publicidad, por todos lados, donde nos bombardean sobre lo que debemos ser o no ser; ese fue mi proceso y el mensaje es que debes tratarte como a la persona que más amas”.

Momento de compartir

La sonorense cuenta su vivencia en el libro El amor que nos robaron y en las conferencias que ofrece, como la que protagonizará este fin se semana en el evento What a Woman; ahí destaca que verse representada en una pasarela detonó su aceptación y la recuperación de su amor propio.

“Ser modelo no es algo que deseaba, porque no sabía que podía hacerlo, y además pensaba que no encajaba en ese perfil; a mí me gustaba el tema de la comunicación y la psicología, jamás me imaginé estar frente a una cámara, no me gustaba y no quería por lo mismo que era insegura. Y al momento que me invitan fue como un shock ver a alguien que no siendo delgada podía ser modelo. Entonces empecé a investigar y a verme representada, me sentí valorada y tuve paz; la lucha interna se fue calmando. No digo que sea la solución, sí es un bálsamo, cuando dices: ‘Mira una mujer como yo está ahí’. Y pasa no solo en el caso de tallas extras, sino para personas que tienen discapacidad, para todo tipo de perfiles, cuando les dan un espacio y respeto, te das cuentas de que todos tenemos un valor independientemente de cómo seas”.

A pesar de la industria

Ana reconoce que en el proceso encontró varios obstáculos que por momentos la hicieron dudar y hasta pensar en desistir.

“Estuve a punto de rendirme muchas veces, porque sin autoestima y en una industria tan difícil, me decían: ‘Opérate, inyéctate’, porque en talla extra te quieren meter en una casilla de cintura. Y yo decía: ‘Yo no tengo cuerpo Kardashian, ni de reloj de arena’; la industria te exige ciertos cánones, pero disfrazado. La pasé muy mal unos años, después decidí tomar mi poder y dije: ‘Yo voy hacer modelo con mi cuerpo como es, imperfecto para la industria, para los diseñadores, pero voy a encontrar mi voz y le voy a dar ese valor en este medio’”, aseguró Ana.

Para ella lo mejor de su experiencia, que ahora comparte con orgullo, es que logró superar la culpa que sentía y que lamentablemente mantiene en un estado de autorechazo a muchas personas.

“Es importante perdonarte, porque ese rencor a ti misma por no ser perfecta, por comer de más, esa culpa que sientes por no cuidarte, es una configuración de la sociedad que traemos desde niñas; ahorita ya hay más opciones, pero crecimos con mensajes muy misóginos, con un molde muy cerrado de la mujer perfecta y si no entras en él quedas fuera”.

En ese proceso de recuperación o de respeto “se deben poner límites. Si tu familia te está diciendo: ‘Gorda’ o algo que no te gusta. Dile: ‘Por favor, no lo hagas, me molesta, me lastima’. Debes empezar a cuidarte, porque estamos muy expuestas y dejamos que todo mundo hable de nuestro cuerpo, es como protegerte y poner barreras, explicarle que estas así por una sociedad, perdonarte y empezar a ser más fiel a lo que te gusta, conocerte, cuestionarte, salirte de tu zona de confort para recuperar el amor propio”, destacó la modelo que entre las diversas facetas de su profesión aseguró que “los desfiles me gustan mucho porque la energía que se produce es muy bonita; sin embargo, también me gusta mucho las sesiones fotográficas por todo el arte que se construye y las historias que se proyectan”. 

Para todas las mujeres

La décima edición de What a Woman, un espacio con talleres, conferencias y pláticas de salud, emprendimiento, belleza, empoderamiento y gastronomía, entre muchas cosas más enfocadas a la mujer, se lleva a cabo este fin se semana en el hotel St. Regis.

Los accesos para ser parte de esta convivencia están en www.whatawoman.com, donde también se encuentra el programa de actividades de este encuentro de mujeres.

  • Adriana Jiménez Rivera
  • jiramil@hotmail.com
  • Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectivo, egresada de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, ENEP Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con más de 32 años de experiencia en el periodismo escrito, en los diarios El Esto y La Afición, y las revistas Tele Guía y Oye mi canto; y desde 2000 en MILENIO DIARIO como reportera, y Coeditora desde 2009 a la fecha.

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