Los lectores de las páginas de viajes de varios periódicos tal vez se dieron cuenta de un enigmático anuncio publicitario el pasado fin de semana. Sobre una fotografía de una arenosa isla desierta, rodeada por un mar de color turquesa, está el eslogan “Estas no son las Maldivas”. No se presenta información sobre la ubicación real, pero a los lectores se les dirige hacia un hashtag de redes sociales y al sitio web, www.whereintheworld.co.
Allí, pueden encontrar una serie de videos que se nota tuvieron un alto costo de producción, de una conmovedora partitura musical, una escena de arrecife submarino con el mensaje “este no es el Caribe”, una antigua ciudad encaramada en una colina verde (“esto no es Italia”), un montañista que se encuentra sobre rocas rojas del desierto (“esto no son las Montañas Rocosas” o “Rocallosas”) y así sucesivamente. Todavía no hay información sobre la ubicación real, pero hay un reloj con una cuenta regresiva.
De hecho, el destino aparentemente tan reacio de nombrar es Arabia Saudita. Se esperaba que el 27 de septiembre fuera el anuncio del muy esperado lanzamiento de las visas electrónicas de turismo. Actualmente, solo los ciudadanos de Bahrein, Kuwait, Omán y los Emiratos Árabes Unidos pueden viajar libremente al país y, mientras que los peregrinos musulmanes de otros países han podido obtener permiso para visitar el Hayy, no hay visas disponibles para el turismo.
Desde hace más de cinco años se ha hablado de su posible introducción. En 2016, el reino anunció su estrategia Vision 2030 para diversificar su economía y alejarse del petróleo, con el desarrollo turístico como un objetivo clave.
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Al año siguiente, ocupó un gran stand de exhibición en el World Travel Market de Londres, una feria comercial líder de la industria, sin aún permitir que los turistas pudieran visitarlo.
El lanzamiento de una visa en 2018 fue un rumor que nunca se materializó, pero ahora finalmente parece que avanzó. Además de la juguetona campaña de publicidad, se invitó a periodistas extranjeros y miembros de la industria de viajes a un “evento VIP” para marcar “un hito importante para Arabia Saudita” en Ad Diriyah, un sitio en las afueras de Riad que está en la lista de patrimonio de la Unesco.
Con las crecientes tensiones con Irán, la guerra en curso en Yemen y las consecuencias del asesinato de Jamal Khashoggi, parece un momento poco afortunado para atraer a los turistas extranjeros. Sin embargo, el empuje turístico del país está cobrando impulso.
El mes pasado, los funcionarios anunciaron una colaboración con el grupo hotelero de lujo Aman, que desarrollará tres complejos turísticos en la región de Al-Ula, hogar de atracciones arqueológicas como Mada’in Saleh, a menudo denominada la “Petra de Arabia Saudita”.
Mientras tanto, está en marcha un enorme proyecto para desarrollar el turismo de lujo a lo largo de un tramo de 28 mil kilómetros cuadrados de la costa del Mar Rojo, que incluye hoteles, marinas y propiedades residenciales. La primera fase se va a inaugurar en 2022.