Artesanía hecha en México

Durante la reciente edición del Abierto Mexicano de Diseño, el norteamericano Lance Wyman presentó su colaboración para Uriarte Talavera, y habló sobre lo que México ha significado en su trayectoria.

En el aniversario 192 de Uriarte Talavera, Lance Wyman diseñó en exclusiva para la marca una colección de azulejos contemporáneos.
María Caccini
Ciudad de México /

La relación de Lance Wyman con México proviene de hace mucho tiempo. Vino a nuestro país por primera vez en los 60’s para participar en el concurso para el diseño y la implementación de la comunicación visual de las Olimpiadas de 1968. Más adelante, al ganar el certamen, pasó aquí casi cuatro años. “No sabíamos nada de México, teníamos más contacto con Europa que con América Latina”, comenta.

“Lo primero que me impresionó, al venir de una ciudad relativamente joven como Nueva York, fue encontrarme con una ciudad con una historia tan profunda, con tantas culturas y tantas capas diferentes”, mencionó. El diseñador dedicó una semana completa a visitar el Museo Nacional de Antropología para aprender sobre nuestra cultura.

En ese recinto encontró con las culturas prehispánicas y constituyó su descubrimiento. Quedó impactado por la geometría de los objetos que producían, la manera como mantenían la pureza del diseño, su capacidad para sintetizar y reproducir formas mitológicas, humanas y de la naturaleza, por la fuerza de esas formas. Se dio cuenta que su manera de percibir el diseño era muy similar a lo que había visto en el Museo. Wyman admite que su experiencia en México fue una gran influencia y acabó por constituir el alma de su trabajo. “Fue mágico”, asegura.

Antes de su colaboración con Uriarte el diseñador ya estaba familiarizado con las formas tradicionales, los materiales, los motivos y la técnica de la talavera. Al estar en el Oriente Medio se percató de la influencia musulmana de esa cerámica en España. Su interés en estudiar cómo todas esas formas y motivos llegaron después a México, lo llevó a familiarizarse con su proceso. “En aquel entonces ni soñaba que estaría involucrado en un proyecto como el de Uriarte”, menciona.

Wyman reconoce que la inspiración para esta colaboración viene de que durante sus años de trabajo ha estado muy involucrado con el diseño ambiental y, por ende, con la arquitectura, el diseño industrial, de interiores y la comunicación visual. Y también de su gran interés en la modularidad del diseño. “Los mosaicos son probablemente una de las formas más antiguas de aplicarlo” reconoce. “Son formas fragmentadas que al unirlas ofrecen infinitas posibilidades de patrones”, asegura.


El diseñador está convencido de que los objetos literalmente cuentan historias, a través de sus formas, de sus motivos y patrones. “Son capaces de transmitir su tradición a las personas que son sensibles a ella… y al tenerlos en tu casa pasas tú a ser parte de esa tradición”, comenta. En su opinión, el diseño siempre ha estado involucrado, de un modo más integral o menos formal, con los procesos artesanales.

“De la misma manera que hoy se estudia diseño, antes se estudiaban los oficios artesanales para llegar a dominarlos. Probablemente el diseño surgió como una consecuencia natural de ese proceso al surgir la necesidad o el deseo de crear o inventar algo nuevo”, finaliza. Wyman afirma que es grato constatar cómo en México los diseñadores jóvenes buscan, con ayuda de la tecnología, implementar nuevas formas a esos procesos.

La colaboración entre Uriarte y el diseñador se concibe como una línea de acabados arquitectónicos de alta gama en azulejería fina, que pretende convertirse en un referente del diseño mexicano contemporáneo, así como una breve selección de piezas de ornato como tibores y vasijas de gran formato.

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