Uno de los temas más debatidos últimamente, es la de los estereotipos de género impuestos sobre niñas pequeñas por medio de sus juguetes. El año pasado, Charlotte Benjamin de 7 años le envió una carta a Lego pidiéndole más figuras de niñas que tuvieran aventuras y trabajos interesantes, la marca Goldieblox para enseñarle a niñas sobre ingeniería fue un éxito y la Barbie con medidas “normales” acaparó los titulares de todo el mundo.
Sin embargo, hasta ahora, uno de los juguetes más populares para niñas no ha sido objeto de tal controversia: las muñecas Bratz. El presidente de la asociación inglesa National Society for the Prevention of Cruelty to Children, Tom Narducci, acusó a la fabricante de las muñecas de sexualizar a niñas desde los cinco años. “El uso de imaginario sexual es más penetrante que nunca antes y eso le da una perspectiva muy perturbadora a las niñas y mujeres jóvenes. Para las niñas todo se trata de ser más atractivas para un hombre, para los niños, todo se trata de ver a las niñas como objetos sexuales, porque así se les está entrenando a pensar.” Si bien más de un padre de familia coincide con él, la polémica está tradicionalmente atada a Barbie y no tanto a estas muñecas.
Al menos hasta ahora. Como pasó con la Barbie con estrías, granos y medidas de una chica de 19 años promedio, un artista de Tasmania está quitándole a las Bratz su inapropiada sensualidad.En su Tumblr publica fotografías de su trabajo, en el que les da un aspecto más apropiado y parecido al de una niña pequeña.
En el blog Treechange Dolls, su creador explica: “Estas muñecas fueron rescatadas y rehabilitadas de tiendas de todo Tasmania. Ellas optaron por “el cambio del árbol”, intercambiando su complejo y glamoroso estilo por uno con los pies en la tierra. Pinto a mano los rostros de las muñecas, moldeo nuevos zapatos y mi mamá cose y teje su ropa.”
Próximamente las Treechange Dolls estarán a la venta en una tienda de Etsy.