La ceremonia de este 15 de septiembre en Palacio Nacional se sintió distinta, pues en contraste con cualquier otro año, esta vez, la plancha del Zócalo de la Ciudad de México permaneció vacía, y el presidente Andrés Manuel López Obrador dio el tradicional Grito de Independencia a un pueblo mexicano que lo observó desde el televisor o por medios digitales.
Sin embargo, como todos los años, hubo un elemento que destacó, pues muchos esperaban a ver el atuendo de la esposa del Presidente, la escritora Beatriz Gutiérrez Müller, que, a pesar de la constante de no utilizar diseños costosos, destacó por su naturalidad, solemnidad y elegancia.
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En esta ocasión, la presidenta honoraria del Consejo Asesor de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México se decantó por un sencillo vestido en color marfil, que en la falda terminaba degradándose en tonos amarillos y, que en el pecho, deslumbraba por los bordados de flores y mariposas en tonos ocres, que lo hacían lucir más elegante.
En entrevista con MILENIO, la asesora de imagen Cynthia de la Garza, alabó la elección del vestido, que según su análisis, fue adecuado para una ocasión solemne y elegante, tal como lo fue el festejo por el 210 aniversario del inicio de la Independencia de México, pero manteniéndose fiel a su estilo, la naturalidad y el discurso de austeridad.
"El vestido era adecuado. No era totalmente sobrio o austero debido al bordado de mariposas y flores, que lo hacían ver acorde a la ocasión solemne. Algo que debemos que recordar es que una Primera Dama debe vestir formal en este tipo de eventos por el mensaje que se quiere enviar, de la importancia del festejo, por lo que es atinado no lucir demasiado casual", dijo la experta.
La asesora de imagen hizo hincapié en los colores que eligió Gutierrez Müller, en especial, el tono marfil que predominaba en el vestido, pues asegura que éste representa la paz y la unión, lo que dijo de la Garza, es adecuado en estos momentos y las razones por las que la ceremonia ocurrió de manera tan austera y sencilla este año, la pandemia que golpea al país.
En cuanto el peinado y maquillaje, a cargo de Manuel Ángel Rincón, el estilista de cabecera de Gutiérrez Müller, la asesora de imagen mencionó haberlo encontrado casual, lo que funcionaba en perfecta armonía con el atuendo, que denotaba naturalidad por la sencillez del maquillaje, en tonos tierra y el peinado effortless chic recogido en un moño despeinado, lo que en conjunto con los accesorios, trabajaba perfecto.
"Fue un arreglo muy natural, sobrio y favorecedor. Los aretes que colgaban hacían muy buen juego al vestido, y armonizaba muy bien todo en conjunto, logrando una muy buena unidad", consideró De la Garza.
Respecto a lo que denotaba su postura y su imagen corporal, a pesar del pequeño momento de descoordinación al iniciar la ceremonia, a la escritora se le vio natural, feliz y con expresiones nada forzadas al momento de acompañar a López Obrador al balcón presidencial.
A comparación del año pasado, dijo la experta, en el que la escritora optó por lucir un vestido verde de la marca mexicana Mussi, en esta ocasión, Gutiérrez Müller tuvo la oportunidad de mejorar algunos aspectos de su arreglo personal, tal como el largo del vestido, que la pasada noche, era más adecuado para el dress code de la noche.
cjr