Nacida en Argentina, la sensibilidad y conciencia de Chiara Paravicini para conectar con las personas ha sido uno de sus vehículos de inspiración más grandes, le ha permitido volar para tocar lo inalcanzable sin quitar los pies de la tierra. La fuerte convicción a sus ideales nos muestra un lado único de Parravicini, en el que la introspección en el empoderamiento y la feminidad son eco de su verdadera voz.
¿Qué es lo más importante que deberíamos saber de ti?
Me gusta escuchar y que me escuchen. Poner como prioridad mi sensibilidad para conectar con las personas me ha abierto nuevos panoramas, y me ha ayudado a desarrollar canciones e interpretar mejor a los personajes en mis papeles.
¿Música o actuación? ¿Cómo te encuentras en ambos mundos?
La conciencia por las emociones de las personas me ha ayudado a conectar de manera única a través de la música, acompañándoles en cualquier momento y en diferentes situaciones de su vida. También me ha permitido encontrarme a mí misma, la sensibilidad te abre las puertas para comprender en un nivel más profundo cualquier aspecto de la psicología humana.
¿Por qué decidiste vivir en México?
México es un país rico en cultura y arte, la manera en la que ha crecido y se ha expandido es impresionante. A pesar de mi corta edad, este país me ha permitido crecer de manera personal y profesional al abrirme las puertas. Sin embargo, Argentina siempre será donde mi corazón vive, siempre será mi hogar.
¿Cuál sería tu elenco soñado?
Siempre me han inspirado las mujeres fuertes, poderosas y con personajes complejos, como los que han desarrollado Rachel Brosnahan, Saoirse Ronan y Florence Pugh.
¿Cuáles son tus piezas clave de Chanel?
Me encantan los accesorios atemporales, son pequeños acentos que elevan de una manera singular cualquier atuendo de manera elegante, sin hacerlo muy llamativo. Mis piezas clave serían, por supuesto, la icónica Classic Handbag, los ballet flats en dos tonos y los increíbles loafers.
¿Cómo equilibras tu amor por la naturaleza viviendo en una gran ciudad?
A pesar del ritmo agitado de Ciudad de México, la vista de mi departamento en la colonia Juárez, rodeado de árboles, es una pequeña ventana de escape. Vivir en un lugar así me da tranquilidad, paz; me mantiene centrada y conectada conmigo misma. Tener acceso a la naturaleza, aunque sea en los viajes de fin de semana, me ayuda a regresar a mi centro, a ser una conmigo misma.
¿Con qué director o directora de Argentina te gustaría trabajar?
Lucrecia Martel, definitivamente. Me fascinan sus películas, los guiones, las tramas y las relaciones humanas que presenta. El hecho de que sea activista y feminista me parece tan increíble como su fotografía. Espero algún día trabajar con ella.
¿A qué edad tuviste tu primer papel?
Cuando tenía 18 años. Participé en una serie nueva para Latinoamérica de Disney Channel llamada Soy Luna. Era muy pequeña, no tenía idea de la dimensión del proyecto y del éxito que tendría, fue algo increíble.
¿Cómo llegó la actuación a ti?
Mi abuelo era actor, mi padre era cantante y mi mamá, artista. Estuve rodeada constantemente de creativos en mi familia; creo que por eso siempre supe que quería ser una de ellos. Aún así, el colegio me incentivó y me acompañó muchísimo. De chica hice teatro y teatro musical, se requiere de mucha improvisación; en esa etapa tuve bastante entrenamiento. Estudié en CAP21 en Nueva York, ahí estuve en un campamento de verano de comedia musical que tiene los mejores profesores, de ahí han salido artistas increíbles como Anne Hathaway y Matthew Perry.
¿Qué te gustaría cambiar del mundo?
Esta pregunta me encanta y creo que lo tengo muy claro: cambiaría la cotidianidad para que todo operara desde la energía femenina. Me gustaría que el mundo girase en torno a un matriarcado, en el sentido en que sea un lugar donde el trabajo interno y la sensibilidad nos lleve a mover masas; este mensaje es el que intento transmitir dentro de mi música, mi arte y mi voz.
¿Cuál es la lección más importante que aprendiste de tus padres?
Tengo miles de lecciones invaluables de ellos: tuve la suerte de tener su apoyo incondicional, de pensar y crear de manera libre, así como de permitirme confiar en mi intuición actuando desde el amor. Recuerdo profundamente las experiencias con mi padre, quién ya no está con nosotros, siempre inmersos en la naturaleza donde escalábamos o íbamos a esquiar. Nos encantaban los retos, y él me decía que recordara lo fuerte que soy, que siempre seré más fuerte de lo que yo creo. Eso se ha quedado grabado en mi mente y me lo repito constantemente. Mis padres me hicieron ver mi fortaleza interior, me hicieron creer en mí. _
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jk