Volar sin motores: historia detrás de la organización Alas para Crear

Daniela encausó el feminismo a la reinserción social de mujeres que han pasado por la cárcel

Daniela, fundadora de Alas para Crear. (Alisson Moreno)
Elliott Ruiz
Pachuca /

Una Ford 88 pick up da testimonio: a Daniela le encantan los autos clásicos. Su padre era restaurador; en su niñez ella se la pasaba jugando en el taller, aunque se recogía el cabello para que su papá la dejara estar ahí.

“Estudia, busca algo más”, le decía su padre cuando notaba esta afición. En la búsqueda de su propia identidad, resolvió un examen vocacional en preparatoria y la sugerencia fue: Ingeniería en Geoastronomía.


Pero también sentía atracción por las humanidades. “Desde pequeña me ha gustado mucho el arte y la historia. Me gusta saber el contexto por el cual sucedieron las cosas. Entonces un amigo –que también fue como un hermano y que estudió sociología– me recomendó estudiar esa carrera, madre de las ciencias sociales”, explicó.

Aún con la exigencia de la carrera, desde el primer semestre dijo: “de aquí soy”. Se iba a especializar en sociología de la población, hasta que se topó con un maestro, quien la introdujo en la sociología de la desviación.

“Me empezó a interesar el tema. Ese profesor me dejó esa curiosidad por las personas en los centros penitenciarios. Pero él solo hablaba de hombres; de las mujeres no había muchos estudios. ¿Qué sucede con ellas?”, se preguntaba Hernández.

Todavía como estudiante tuvo su primer acercamiento con un centro de readaptación social. En un solo día entrevistó a 10 personas, cinco mujeres y cinco hombres. “Lo hice con perspectiva de género y es así como me fui enfocando al feminismo”.

Ese día Daniela salió con dolor de cabeza, era tanta la información que tenía por digerir. En cada entrevista había procurado respetar los 16 minutos previstos, pero en la última tardó dos horas, fue inevitable.

“Me contó toda su historia. Ella tenía licenciatura, una empresa, una familia, lo que cualquiera pudiera soñar. Por situaciones, ella cae en un centro de readaptación y me dice: lo perdí todo. Estuvo más de 20 años en la cárcel”.

“Cuando egresó ya no podía ejercer su licenciatura. Nadie le creía que pudiera ser una buena administradora. Le quitaron a sus hijas por estar ahí. La única forma que tenía de hacer dinero era vendiendo artículos por catálogo, el único trabajo en donde no le pidieron carta de antecedentes penales”, lamentó.

Esta mujer había acumulado mucho odio por aquella persona que la metió en la cárcel. Al escribir sus sentimientos en el diario, llenó libretas enteras de odio y resentimiento.

“La historia de esa mujer me impresionó. Las cosas te van encaminando hacia donde tienes que estar, siempre pasan de la mejor manera. Ella me dijo que esa persona le cortó las alas, y así nació Alas para Crear. Ella dejó una semilla que se replicó”.


ALAS PARA CREAR

En marzo de 2017, Daniela constituyó legalmente esta asociación civil, pero tiempo atrás ya se gestaba este sueño. El propósito: contribuir a la reinserción integral de mujeres y jóvenes con programas que coadyuven su proyecto de vida.

Como donataria autorizada, esta asociación permite que todos los donativos puedan deducirse de impuestos. “Se requieren muchísimas manos. Es tarea de la sociedad, sumarnos para brindar segundas oportunidades. Se trata de la reconstrucción del tejido social. Ahora estamos tocando puertas en el sector privado para que se sumen y tener unas alas más grandes”, explicó.