Cómo cambió el turismo tras el cierre de Thomas Cook

Viajes

Los hoteles en todo el Mediterráneo sufren un duro golpe con la quiebra de la compañía.

La mayoría de los hoteles de la isla ya acumularon una deuda considerable con los proveedores.
Kerin Hope, Daniel Dombey, Laura Pitel y Alice Hancock
Ciudad de México /

Las cosas estaban mejorando para el Blue Palace Hotel en la costa sur de Turquía. La residencia de 64 habitaciones cerca de la ciudad turística de Marmaris había disfrutado un repunte en el número de visitantes después de un periodo difícil que quedó empañado por ataques terroristas y un intento de golpe de estado en 2016.

Ahora, los gerentes se preparan para tener pérdidas por decenas de miles de libras después de la quiebra de Thomas Cook. El operador turístico del Reino Unido siempre pagaba con demoras, y su último pago fue para el mes de junio. “No pagaron por la temporada alta”, dijo el gerente Yenal Cakici. “Estamos preocupados por las personas que trabajan en Thomas Cook...pero, por supuesto, también tenemos que pensar en nuestras facturas”.


Los propietarios de hoteles en todo el mundo enfrentan el mismo predicamento después de la desaparición del grupo de viajes de 178 años de antigüedad, que entró en liquidación. La empresa ofrecía viajes a lugares tan distantes como Cuba y México, pero la gran mayoría de las vacaciones que vendió fueron a los complejos turísticos en la costa del Mediterráneo. En Grecia, España y Turquía, los destinos de verano más populares de Thomas Cook, la quiebra amenaza con asestar un golpe devastador a las comunidades que dependen económicamente del turismo de los paquetes de viajes.

Los visitantes extranjeros son tan críticos para las Islas Canarias que una ciudad -Maspalomas en Gran Canaria- tiene avenidas que llevan el nombre de operadores turísticos como Tui y Kuoni y Neckermann, la filial alemana de Thomas Cook. 

Thomas Cook organizó alrededor de 3.6 millones de viajes dentro y fuera del archipiélago del Atlántico el año pasado.


Tom Smulders, vicepresidente de la federación de hoteles de Canarias, dijo que el grupo Thomas Cook, incluidas sus filiales alemanas y nórdicas, representaron alrededor de 25 por ciento de los ingresos de su sector. Todavía mantenía la esperanza de que se pueda rescatar a esas filiales: “Estas son compañías saludables que son parte de la familia más grande; no tiene sentido eliminarlas sin ninguna razón”, dijo.

Grigoris Tasios, jefe de la Federación Panhelénica de Hoteleros en Grecia, cree que las pérdidas para los propietarios de hoteles de su país podrían alcanzar los 300 millones de euros, incluyendo entre 80 y 100 millones de euros en Creta, el destino más popular de Grecia para los paquetes vacacionales.

Manolis Tsakalakis, un hotelero en el distrito de Rethymnon de la isla y presidente de una asociación local de propietarios, dijo que los propietarios de hoteles cretenses no habían recibido ningún pago de la compañía desde mediados de julio. “Thomas Cook es uno de los mayores operadores turísticos en Creta”, agregó.

“En este punto de la temporada, la mayoría de los hoteles de la isla ya acumularon una deuda considerable con los proveedores: uno o dos millones de euros en un complejo turístico grande, o medio millón en un hotel más pequeño”.

A muchos hoteles en Corfú y Zakynthos, en las Islas Jónicas, también se les debe dinero, junto con operadores en Rodas y Kos en el este del Egeo. No está claro si lo van a recuperar o no. Dos hoteleros dijeron al Financial Times que el esquema de protección Atol financiado por la industria de viajes del Reino Unido cubriría las facturas de los huéspedes que se hospedaban con ellos en el momento del anuncio de liquidación, pero no para aquellos que ya habían dejado el hotel.

La presión financiera que el colapso del grupo británico va a infligir a los hoteles europeos provocó tensiones entre los huéspedes y los gerentes de los hoteles, con informes de hoteles desde Tenerife a Túnez que entregan facturas a los huéspedes que ya habían pagado cientos de libras a Thomas Cook.

Jack Moore, un ejecutivo de mercadotecnia de la ciudad británica de Hull, dijo que su hotel cerca de la ciudad turca de Alanya exigía 1,400 libras por su estadía con sus padres y dos hermanos. “Todos trabajamos muy duro para pagar las vacaciones”, dijo Moore, de 22 años, cuya familia pagó un total de 2,000 libras por el viaje de dos semanas. “Es terrible que me pidan que pague de nuevo en el hotel”.

Desde las noticias del colapso de Thomas Cook, los propietarios de hoteles se han visto obligados a ayudar a sus huéspedes a regresar a sus hogares de manera segura. Pero también centran su atención en cómo limitar el daño en el futuro, ofreciendo acuerdos especiales y buscando atraer a los clientes anteriores.


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