La corbata es sinónimo de autoridad y elegancia, pero es también un recurso de estilo, usualmente atribuido como prenda masculina que igualmente utilizan las mujeres. Si bien es sólo un accesorio decorativo, te contamos cómo usar la corbata para que te sientas cómodo.
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La historia de la corbata
Especialistas en moda marcan su origen en el siglo XVII, durante la guerra de los Treinta Años en Francia.
En esa época, el rey Luis XIII contrató a soldados croatas que llevaban un pedazo de tela sobre su cuello, como parte de su uniforme.
Las telas servían para mantener atada la parte superior de sus capas, pero el rey Luis encontró un efecto estético, por lo que hizo de estos lazos un accesorio que debía utilizarse en las reuniones reales.
En honor a los mercenarios croatas, la llamó "La Cravate", el nombre de la corbata en francés.
¿Cuándo usar corbata?
Como accesorio que destaca con presencia, la corbata puede utilizarse en diferentes contextos y aprovechar también la diversidad de modelos.
El principal ambiente sería para ir a la oficina, a través de corbatas en tonos muy oscuros y con texturas, señala la guía de estilo de GQ.
Sin olvidar el código que ofrecen los trajes, desde los cuales se puede jugar con las corbatas de rayas finas, o si quieres arriesgarte, con diseños más atrevidos.
La corbata también se puede llevar con looks formales e informales. En los primeros, es recomendable acompañar con blazers y pantalones sastre, así como debajo de una camiseta o camisas estampadas. En los informales, es posible combinarlo sólo con una camisa y corbata, como Ryan Gosling en La La Land.
Si alguna vez dudas sobre el estilo de tu look, la corbata siempre será un buen recurso, como lo ejemplificó el escritor Fernando del Paso, referente sobre cómo la moda, con irreverencia y atrevimiento, también puede ser divertida y para todos.
MJA