Una de las tradiciones más emblemáticas y características de nuestra cultura es el Día de Muertos. De acuerdo con la visión indígena, la celebración implica el retorno transitorio de las ánimas de los difuntos a casa, en el mundo de los vivos, para convivir con los familiares y nutrirse de la esencia de sus alimentos favoritos.
En esta festividad la muerte no representa una ausencia, sino una presencia que materializa en el altar. El Día de Muertos se compone de múltiples elementos, no obstante, el central es la ofrenda.
La tradición prehispánico-católica se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre; se divide en el día de todos los santos para los niños fallecidos y el día de los fieles difuntos para los adultos; sin embargo, existen más fechas dedicas a casos específicos, tal es el caso de los bebés y los no nacidos.
¿Cuándo debo colocar la ofrenda de Día de Muertos para bebés y no nacidos?
Existen casos muy específicos, como el caso de los bebés fallecidos y los menores no bautizados, que de acuerdo con la creencia religiosa, permanecen en el limbo sin ser condenados al infierno. En la misma situación se encuentras todos los no nacidos; ambos grupos tienen su propio día por lo que es importante prepararse para tener lista la ofrenda.
En diversos lugares del país de dedica el 31 de octubre para honrarlos.
De acuerdo con el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, a través de la página del gobierno de México, especifica que ofrenda con veladoras, comida y adornos está lista desde el 28 de octubre para los fallecidos de manera trágica, por violencia o accidentes, el 31 de octubre es dedicado a los bebés y no nacidos, el 1 de nombres a todos los santos difuntos, declarados así por llevar una visa ejemplar y pura como la de los niños.
¿Qué lleva la ofrenda para bebés y no nacidos?
El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) explica que los elementos básicos son comida, dulce de calabaza, frutas, agua, caramelos, leche y sal. También velas y flores blancas.
FM