Hacer ejercicio es beneficioso para todas las personas, pero como en todo, debe haber límites. ¿Te imaginas pasar más tiempo en el gimnasio que con tu pareja? ¿Cancelar citas con tus amigos con tal de ejercitarte? Pues aunque suene fuerte, algunas personas así lo hacen.
Ejercitarse reduce los riesgos de depresión, ansiedad y alivia algunos dolores musculares, pero si no se ponen límites se puede llegar a un grave extremo.
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El análisis A meta-analysis on the anxiety-reducing effect of acute and chronic exercise: outcomes and mechanisms revela que las satisfacciones personales obtenidas a través del ejercicio se vuelven difíciles de obtener cuando se realizan otras actividades.
Es tanto el estrés que genera el trabajo o la escuela, que estas personas comienzan a planificar sus rutinas de ejercicio con mucho tiempo de anticipación y sólo se concentran en eso.
Marylin Freimuth, autora del libro Addicted? Recognizing Destructive Behavior Before It’s Too Late, asegura que cuando existe este descontrol, sucede que las personas cancelan sus planes con su pareja o amigos con tal de ejercitarse.
Hay que recordar que nada en exceso es bueno. ¿Y tú, estás segura que no dedicas demasiado tiempo al gimnasio?
AG