Según cálculos realizados por Stadista Market Insights, el mercado de zapatillas deportivas alcanza un valor aproximado de 75 mil millones de dólares global, y se calcula que llegará a los 100 milmillones en los próximos cuatro años.
El fenómeno surgido en torno a estas piezas fabricadas no solo para darle seguridad y comodidad a nuestros pasos, sino como auténticos accesorios que reflejan identidad y que se han convertido en un símbolo de expresión cultural, social y estética.
Dado el protagonismo adquirido por este tipo de calzado, ha surgido una corriente denominada cultura sneaker, que ha logrado mantenerse por décadas.
De hecho, el mercado de los sneakers es considerado uno de los más prolíficos alrededor del planeta. Sólo en México se venden unos 160 millones de pares anualmente y se calcula que todos hemos consumido, por lo menos una vez, alguno producido por las marcas líderes.
Tampoco es extraño encontrarse un #sneakerlover, obsesionado por combinar su atuendo de acuerdo con el par de tenis de moda que usará, o con alguno de los muchos coleccionistas, conocido como #sneakerheads, capaz de hacer cualquier cosa por adquirir un par de tenis de edición limitada a precios exorbitantes.
No hay línea de meta
La pasión por el calzado deportivo comenzó en 1977, cuando la agencia de publicidad de Nike creó el primer anuncio de marca, fundada 12 años antes como Blue Ribbon Sports, por Phil Knight y Bill Bowerman. En esa primera publicidad no se mostró ningún producto, solo la frase: “There is no finish line” (No hay línea de meta), que luego dio paso a la icónica “Just do it" (Solo hazlo), dejando de manifiesto que no solo se trataba de vender tenis, sino de fomentar un estilo de vida.
Otras marcas como Adidas, Reebok, Panam o Converse siguieron el ejemplo, compitiendo permanentemente por lanzar la campaña más innovadora o los diseños más vanguardistas.
Últimamente ha surgido un nuevo fenómeno en torno a esta industria, que son las colaboraciones creativas, por lo que ahora vemos sneakers de edición limitada hechos junto a celebridades, cantantes o deportistas, y hasta compañías de turismo, alimentos y otros rubros.
La unión hace la fuerza
Esta estrategia ha catapultado las ventas a nivel global. El hecho de usar los mismos tenis que su ídolo, despierta verdadera euforia entre los consumidores, quienes han agotado en solo cuestión de horas –incluso en minutos– los diseños realizados en conjunto con famosos como Bad Bunny, Kanye West, Pharrel Williams, Rihanna, Justin Bieber o los raperos Anuel AA y Tobe Nwigwe. Deportistas como Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, Usain Bolt o Shaquille O’Neal han adoptado también los sneakers como parte de su vida cotidiana, y además como una pieza clave para expresar su personalidad y compartir su estilo.
Mención aparte merecen las alianzas con la industria cinematográfica que, aunque en un principio se pensaban como una opción más de merchandising, ahora son pieza clave en el lanzamiento de grandes producciones, como lo hizo Converse con sus diseños inspirados en la cinta Wonka, o para aprovechar el éxito permanente de películas siempre actuales, de Reebok, lanzados el año pasado e inspirados en la saga de Harry Potter.
Las colaboraciones creativas están marcando el rumbo. De ahí han surgido la idea de hacer colaboraciones también con marcas destacadas de otros sectores, como las ediciones limitadas que lanzó Panam en conjunto con Cielito Café, el centro turístico Xcaret, la cerveza Victoria, el festival de música Vive Latino y hasta con el creador de contenido Luisito Comunica, con quien lanzaron una línea, a través de su marca de tequila Gran Malo. Y es que para usar sneakers no hay reglas, de hecho, Converse acaba de anunciar este 2024 el lanzamiento de una edición especial para conmemorar el inicio del Año nuevo chino y otra para celebrar San Valentín.
Hasta las grandes casas de moda que dictan las tendencias a nivel global se han sumado a la fiebre por los tenis, lo que denota la importancia que éstos han adquirido, no solo como un artículo más de nuestra vida cotidiana, sino como una auténtica declaración de quiénes somos.