"Eres tú quien debe decidir querer ver la belleza": Daniele Calcaterra

El diseñador de modas italiano nos abrió su casa y nos contó dónde y cómo nacen sus colecciones, lo que le inspira, su culto al "savoir-faire", su misticismo y su filosofía de sostenibilidad.

Daniele Calcaterra, diseñador de modas italiano | Especial
Paola Ventimiglia
México /

Nunca conocerás a Daniele Calcaterra, propietario de la marca Calcaterra, en una de las fiestas de la semana de la moda de Milán. Es un chico tímido, pero no por ello menos decidido y consciente, que hace años abandonó el Milán, centro de la moda para retirarse con su actual marido a una preciosa casa del año 1500 inmersa en la tranquilidad de la vida lacustre.

La mujer para la que diseña, austera y aparentemente andrógina, encarna su estilo de vida, discreto y nunca exagerado, donde la sencillez y las personas se traducen en belleza y los errores pueden convertirse en obras maestras.

¿Cómo es la mujer Calcaterra?

Es bastante austera, amante del volumen y tiene su propio mundo estético del que quiere y no quiere salir. Su ropa casi siempre es de los mismos colores. Tiene su propia sensualidad, muy a menudo traducida en una falsa masculinidad. Mis colecciones se ven muy andróginas, pero en realidad son extremadamente femeninas. Por ejemplo, un abrigo cruzado blanco de gran tamaño, uno de mis bestsellers, puede verse todo menos femenino. En realidad, detrás de esta aparente masculinidad se esconde mucha feminidad, nunca ostentosa y toda por descubrir. Mi mujer puede parecer un poco tímida, que en el fondo es una pantera. Solo me doy cuenta de esto cuando veo mi ropa en ciertas mujeres y comprendo lo sensuales que pueden llegar a ser.

¿Qué te inspira a la hora de crear?

Sigo inspirándome en dos direcciones: la primera es la materia prima, que me da el comienzo para construir, y la segunda son las personas. Cuando veo a gente con un "error" en su forma de vestir, entiendo que una obra maestra podría nacer de ahí. Muchos colegas encuentran su inspiración en experiencias particulares: viajar, leer, estudiar. No necesito eso porque encuentro inspiración en todo lo que de alguna manera me llama la atención en el momento. Incluso puede ser el color de un perro. Cualquier cosa a mi alrededor.

¿Dónde encuentras la belleza?

En todas partes. A veces es expresada o intrínseca, pero eres tú quien debe decidir, en determinados momentos y con ciertas herramientas, querer verla con la predisposición adecuada de mente y los ojos dispuestos a recibirla.

¿Qué haces cuando lanzas una colección, no puedes dormir y quieres relajarte?

¡Yo cocino! Es mi única válvula de escape. A veces desearía que fuera hacer lagartijas porque tendría un cuerpazo, pero no es así (ríe).Cocinar sigue siendo una forma de creatividad, y también me vacía la cabeza y me ayuda a crear colecciones, especialmente en los tiempos agitados en los que estoy canalizando no solo mis dos colecciones al año, sino también las muchas consultorías que hago para otras empresas.

Eres leal al concepto de savoir-faire, explícanos esta visión.

Dado que ser diseñador no es una ciencia sino una profesión; un trabajo muy creativo pero también muy concreto y de experiencia, puedo presumir de conocerlo muy bien, porque empecé joven y literalmente me lanzaron al campo. Recibí una oferta de una empresa de Brescia que producía colecciones para mujeres, así que fue todo un desafío. Después de una semana me había mudado a Brescia y me encontré, a los 25 años, gestionando el estilo de una empresa enorme de 600 empleados, y seguí todas las fases. Tuve mucha suerte porque pude aprender todo, a diferencia de los jóvenes diseñadores de hoy que, como los números, se ven obligados a hacer lo mismo una y otra vez. Tuve doble suerte también porque tengo el don de saber dibujar. Este trabajo lo puede hacer alguien más, pero en el camino que va de ti hacia la persona que hará el dibujo, ya hay una traducción de las ideas que no es tuya.

Dijiste en una entrevista: "Sobre sostenibilidad, quería encontrar mi propio camino, que no tiene que agradar a todos, pero es el que me permite mantener los altos estándares de lo que propongo a mis interlocutores”. ¿A qué te refieres?

Todo el mundo habla de ello, pero no todos saben qué es la sostenibilidad. Esta no solo está en la materia prima. El algodón es una fibra natural, pero se trata de una forma que no es muy sostenible. Otros materiales se tiñen de forma insostenible. Para mí, la sostenibilidad tiene que verse en redondo, mirando la calidad del trabajo, la vida de los empleados, el tiempo (en el que se trabaja un material) y la energía utilizados. La sostenibilidad y la responsabilidad social están muy entrelazadas. Mi compromiso es producir prendas que tengan una vida más larga. Mis colecciones son un poco atemporales, ante todo por esta cuestión ligada a la durabilidad de las prendas.

¿Cuál es tu sueño en el cajón?

Tener una red de tiendas monomarca. Teníamos una en Salò que durante sus cinco años de apertura estuvo en números negros, pero se ha vuelto demasiado comercial y ya no nos identificamos con ese contexto. Así que buscamos en el área de Brera, en Milán, para abrir una nueva. Encontramos el lugar perfecto para nosotros, la pandemia detuvo todas las negociaciones y en este momento no tenemos nuestra propia tienda, solo minoristas.

​bgpa

LAS MÁS VISTAS