Probablemente ya lo sabías pero no había un sustento científico hasta ahora: decir groserías te hace más fuerte según psicólogos de la Universidad de Keele, en el Reino Unido.
En un estudio presentado en una de las reuniones de la Britsh Psychological Society, se establece que aquellos que participaron en la investigación registraron un ligero aumento en su fuerza al momento de decir una grosería, contrario a lo que sucedía cuando no la decían.
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Para la investigación, se escogieron 29 personas que harían una prueba de bicicleta y 52 que levantarían pesas. Todos tenían entre 19 y 21 años. Luego se les pidió que escogieran una grosería que comúnmente dijeran y otra palabra neutral que estuviera relacionada con la descripción de una mesa, como madera o café.
Cada individuo tenía que realizar la prueba dos veces: en una repetiría la palabra neutral en un tono normal y en la otra diría la palabrota, también en un tono normal.
Los investigadores encontraron que aquellos que estaban en la bicicleta y decían la grosería, aumentaron en promedio 24 watts la fuerza con la que pedaleaban. Aquellos que hacían levantamiento de pesas, su fuerza incrementó lo equivalente a 2.1 kilos, dijeron los investigadores.
“No estamos diciéndole a la gente algo que no supieran ya, pero lo estamos verificando de una manera sistemática y objetiva. Pienso que la gente dice instintivamente malas palabras cuando quiere lastimarse o busca un extra en su rendimiento”, dijo Richard Stephens, uno de los investigadores del estudio durante su presentación.
Así que, la próxima vez que estés en el gimnasio levantando peso o tengas que empujar tu coche porque se quedó sin gasolina, una que otra palabrota te caería bien; siempre y cuando no ofendas a nadie directamente.
mrf