El nuevo edificio administrativo para el puerto de Amberes, Bélgica, nace de la renovación y extensión de una estación de bomberos abandonada, un sitio que representa y refleja la época de oro de la arquitectura de esta ciudad. Con la intervención actual por parte de la firma Zaha Hadid Architects, se busca la reinvención del concepto original para construir una estructura que represente una nueva era para la arquitectura amberina.
Amberes es el segundo puerto europeo en tamaño con 12 km de muelles, donde se reciben 15 mil barcos mercantes cada año. El objetivo del proyecto es unificar en un solo edificio diferentes departamentos que previamente habían estado trabajando alrededor de la ciudad, albergando a un total de 500 empleados. Es importante considerar que el puerto sostiene el trabajo de 150 mil personas indirectamente, por lo que se tiene un plan ambicioso de expansión a futuro que contempla el desarrollo de la zona.
Para el puerto fue necesario un espacio de trabajo sustentable, que reflejara su ideología a nivel local e internacional, por lo que cuando la estación de bomberos cayó en desuso fue imperativo integrarla al nuevo distrito portuario. Bajo esta idea, la propuesta arquitectónica desarrollada por Zaha Hadid Architects contempla un diseño que se basa en un análisis e investigación detallada del sitio y de los edificios existentes.
Uno de los requisitos principales fue preservar el edificio original, por lo que la arquitectura siguió la tendencia de combinar lo nuevo y lo antiguo. La extensión elevada también obedece a una intención de ser un volumen adicional, más que un vecino.
Los tres aspectos principales que definen el diseño del nuevo edificio son un nuevo volumen que flota sobre el edificio antiguo, respeto de las fachadas originales y completar la verticalidad del edificio original mediante la reinterpretación de la forma de una torre.
La nueva adición, evidentemente rodeada de agua, se recubre con una superficie acristalada y facetada que emula el movimiento de las olas y refleja los tonos del agua y del cielo. Las facetas triangulares permiten que se aprecie una piel curva suave que ayuda a la transición paulatina de lo plano del lado sur al ondulado en el norte.
Para garantizar la eficiencia energética y el control de la incidencia solar, se optó por dar a algunos paneles de vidrio un acabado opaco o esmerilado, para promover paralelamente una vista panorámica envidiable y la privacidad necesaria para las áreas de trabajo.
La nueva fachada refleja las condiciones lumínicas naturales. Al atrio central de la estación de bomberos se le agregó una gran cubierta de vidrio, imprimiéndole al espacio una nueva personalidad que se transformó en la recepción de la casa portuaria. Desde el atrio los visitantes tienen acceso a la biblioteca histórica, la cual fue restaurada y preservada. También pueden disfrutar de vistas envidiables en el puente exterior, un punto clave entre ambos edificios, que ofrece una mirada completa del puerto y la ciudad.