Eduardo cree que el diseño tiene que marcar a las personas que lo rodean y que interactúan directamente con éste. Partiendo de una detallada percepción de lo ordinario, el joven diseñador realiza un ejercicio de interpretación que se traduce en nuevos objetos capaces de contar historias. Esta filosofía ha quedado patente en los productos y mobiliario que ha diseñado para las diferentes oficinas creativas y firmas con las que ha colaborado: Swedish Wood, Casa Mumo, Campamento Feria de Diseño, La Tlapalería, Estudio Claudina Flores, Design Week México y Design Decode.
Siempre ha estado interesado en obtener nuevos conocimientos, especialmente mediante el trabajo en equipo y las colaboraciones entre profesionales y estudiantes, y por su participación en I See Concrete, POLE, tuvo la oportunidad de experimentar esta manera de trabajar. La finalidad de este proyecto, presentado a CEMEX en Brugg, Suiza, se enfocó en desarrollar nuevas aplicaciones para el concreto que demostraran el potencial y versatilidad de dicho material en casas, pabellones y mobiliario, lo que involucró a equipos multidisciplinarios y empresas transnacionales.
Durante 2017 Eduardo vivió en Estocolmo desarrollando una investigación mientras estudiaba una especialización en diseño de mobiliario y carpintería avanzada. Esta experiencia lo llevó a reflexionar sobre los aspectos que distinguen el diseño escandinavo y estudiar el papel que juega la artesanía. Su intención fue analizar el diseño mexicano desde la perspectiva escandinava.
Fue así como concluyó que en nuestro país, en general, no se respeta el trabajo artesanal de la misma manera que en esa región europea. Sin embargo, reconoce que desde hace tiempo varios diseñadores mexicanos han estado combinando técnicas tradicionales y materiales endémicos con buen diseño para redefinir una nueva estética y darle una identidad al diseño mexicano.