Doña Chely cumplió sueño profesionista de sus hijos con venta de artículos religiosos

Tiene 22 años comercializando sus productos en Altamira, esta labor le permitió apoyar a su esposo en los gastos de la casa y al mismo tiempo en la educación de sus dos hijos varones.

Doña Chely en su puesto de venta de artículos religiosos en Altamira (Foto/Anahy Meza)
Anahy Meza
Altamira /

La historia de doña Chely se enfoca en su decisión de apoyar en la economía de la familiar, es decir, respaldar a su esposo en los gastos que se generan en el hogar. 

Hace 22 años, encontró en la venta de artículos religiosos una forma de producir ganancias económicas que finalmente le ayudaron a poder cumplir el sueño profesionista de sus hijos, quienes se graduaron para convertirse en contador público y otro en abogado.

Pese a que consiguió junto a su esposo las metas educativas de sus hijos, doña Chely continúa con su negocio.

Su ubicación es en el centro de Altamira y todos le conocen, platicó a MILENIO Tamaulipas que inicialmente desplegaba dos pequeñas mesas donde colocaba las veladores, rosarios e imágenes de santos que vendía, su lugar era a un costado de la puerta de la parroquia Santiago Apóstol.

Dijo que empezó con algo sencillo, casada y con dos hijos, vio la necesidad de apoyar a su marido, cuando tenía 38 años. 

Marcelina Vázquez Rodríguez, como en realidad se llama ha tenido que mover varias veces su negocio a diferentes tramos de la calle en la Zona Centro de la urbe industrial pero por fortuna nunca ha salido de la misma cuadra.

Este modesto trabajo le dio el dinero que necesitaba para la educación sus dos hijos varones, ahora contador y abogado.

"Vender en la calle no ha sido un trabajo fácil" señaló doña Chely que ha pasado las de caín soportando frío y lluvia resguardándose con un pequeño toldo, donde coloca unos plásticos laterales, sin embargo, asegura que lo más difícil de aguantar es el intenso calor. Pese a eso ella no se rinde, su frase favorita es “Si Dios dice que va a estar, ahí va a estar” y así ella ha podido mantener su negocio por 22 años. 

Comentó que fueron sus padres quienes la acercaron a la venta de artículos religiosos pues ellos vendían cirios, y así fue como se adentró a esta labor, -dijo- que tenían un amigo cercano que era sacerdote y el le dio la vía para acercase a este trabajo.

Refirió la entrevistada que lo que más vende son figuras de San Benito, toda vez que la gente busca es protección de todo lo malo que hay alrededor.

De igual manera le piden oraciones o figuras de San Judas Tadeo, al que le rinden oración cada 28 del mes, así es que mientras exista fe, doña Chely seguirá ofreciendo sus productos sobre la calle Capitán Pérez casi esquina con Hidalgo en Altamira.




ELGH 

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