Tras la euforia por la boda de Harry y Meghan, hoy duques de Sussex, la atención se ha centrado en el sitio donde la pareja pasará la luna de miel.
El viaje fue postergado debido a compromisos oficiales que los duques han tenido que cumplir, entre ellos —su primera aparición pública tras la boda— una fiesta al aire libre en el Palacio de Buckingham en honor al príncipe Carlos, para conmemorar sus años de trabajo caritativo y en vísperas de su cumpleaños 70.
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Conocida la secrecía que rodea a estos asuntos en el Palacio de Kensington, no se sabe con precisión cuál será el destino que elegirán los duques. Sin embargo, la prensa británica y otros medios especializados han barajado algunas opciones:
África
La revista Travel & Leisure publicó que, según una fuente confidencial, el sitio elegido sería Namibia, entre otras cosas porque se trata de uno de los países con menor densidad demográfica del mundo y porque pertenece a la Commonwealth, la Mancomunidad de Naciones, fundada por el Parlamento del Reino Unido en 1931.
Se manejó también Bostuana, donde la pareja tuvo un par de citas antes de comprometerse y el sitio donde Harry compró el diamante principal del anillo de compromiso.
México
Anclados a la esperanza de que lo escrito por Meghan en su blog hace un tiempo siga estando vigente, los seguidores de los royals recordaron que alguna vez la duquesa confesó:
“Siempre me preguntan por mis lugares favoritos y no hay conversación en la que no mencione a mi México querido” Además, existe una razón sentimental: Thomas Markle, padre de Meghan, —quien, recordemos, no asistió a la boda en medio de complicaciones de salud y escándalos con paparazzi— vive en Rosarito, Baja California. Principalmente por ello es que sitios como Entertainment Tonight consideraron plausible esta elección.
Canadá
Más recientemente, el sitio TMZ ha asegurado que los recién casados visitarán Fairmont Jasper Park Lodge, en Alberta, Canadá, (país que, por cierto, también pertenece a la Commonwealth).
En este lujoso sitio fue visitado por el rey Jorge VI y la Reina Madre, Isabel I, en los años treinta y también por la actual reina Isabel II y Felipe de Edimburgo en 2005.
A pesar de tanta especulación, la única realidad es la que sugiere Omid Scobie, corresponsal de US Weekly en Londres, quien afirma que “cualquier plan que la prensa considere como probable, es automáticamente anulado por el Palacio de Kensington”.
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