Viniendo a la ciudad a una actuación, la compañía a la que pertenecía se declaró en bancarrota, no recibió su pago y tuvo que quedarse aquí, sin dinero. Para sobrevivir, aprovechó dos de sus varias dotes que poseía: La habilidad para jugar billar y la agilidad para el baile.
En el billar “París", ubicado en la avenida Pedro Antonio Santos, se convirtió en el atractivo jugando “pull”, donde ganaba dinero de las apuestas, y también con las propinas como bailarín en los bares de mala muerte que estaban por el “Arroyo de los puercos”.
Eran los inicios de Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes en el mundo del espectáculo y su paso por Ciudad Valles. Su simpatía le ganó relaciones con gente influyente que le apoyó económicamente para que pudiera regresar a la capital del país, donde escaló los peldaños del éxito en la farándula.
Embelesado por el encanto de la Huasteca Potosina y deseando convivir de nuevo con el pueblo que lo ayudó, en 1943 Cantinflas adquirió un rancho gracias a la intervención de don Enrique Marroquín Pámanes, su amigo, quien se encargó de buscar un terreno para el artista.
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Encontró así, un espacio de cien hectáreas cerca de los ríos Tampaón y Valles, y lo compró en 30 mil pesos, en el que construyó una residencia de 12 recámaras, una alberca en la cual todavía permanecen los mosaicos de talavera de la reina, además del lujoso bar donde se aprecian pinturas de toreros pintadas por el valenciano Ruano Llopis.
Se dice que también instaló una pantalla gigante donde proyectaba sus películas. A espaldas de este, descansan los restos de lo que una vez fuera una capilla. Los cinco kilómetros de terracería hacia la carretera México-Laredo fueron pavimentados y se instaló un chalán para cruzar el río.
Fue su primer rancho, donde pudo aplicar los conocimientos adquiridos como estudiante de Chapingo, y dedicarse al cultivo de cítricos y la crianza de ganado cebú.
Al finalizar los trabajos de edificación organizó una gran fiesta invitando a artistas y personajes como Manolín, Schilinsky y Jorge Negrete, además de industriales y banqueros. En esa recepción bautizó su rancho con el nombre de “El Detalle”, en referencia al título de una de las películas que le dio renombre y fama cuando iniciaba su carrera.
En ese tiempo, al otro extremo de Ciudad Valles, Jorge Negrete, también tenía una propiedad, en el ejido Laguna del Mante.
Desde la capital del país, Cantinflas acudía cada quince días y en temporada de Navidad lo hacía con regalos y dinero que distribuía entre sus empleados, quienes lo catalogaban como un hombre muy generoso.
Adquirió una planta de luz que se extendió hacia las poblaciones cercanas, y mandó instalar una planta purificadora, para que los habitantes pudieran consumir agua potable.
En “El Detalle” construyó la plaza de toros “Cholita”, en honor a su madre Soledad Reyes.
Después de cada corrida, a los toros que morían los metían a un horno y los convertían en barbacoa que se repartía entre los invitados, trabajadores y amigos.
En la actualidad, la finca de El Detalle está a cargo de autoridades de ese poblado ubicado a unos 20 kilómetros de la mancha urbana.
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Se sabe que a mitad de los setentas, por encargo del Fideicomiso para Obras Sociales a Campesinos de Escasos Recursos (Fioscer), el arquitecto Sergio Barrenechea rehabilitó en septiembre de 1976 el edificio, pero no hubo mayor provecho.
Con el paso del tiempo, el sitio ha sido saqueado poco a poco, y no ha habido preocupación de los gobiernos por rescatarlo y sobre todo preservarlo. Ha quedado solo en planes un proyecto para convertirlo en museo, y mientras tanto, personas externas han buscado sacar provecho del sitio.
VLSS