De ensayo y error se entiende la vida, pero la cocina también. Brenda Castro y Claudio Gallardo no lo pasaron bien en sus trabajos y con su propio toque comenzaron con "Simple y Sabor", un negocio de venta de chapatas en un mercado de gorditas y burritos en Durango capital.
Las chapatas se hacen a dos manos. Cada ingrediente se pierde en un sabor definido. El pan barnizado con especias y las salsas y aderezos. Todo en la medida exacta.
Sazón a cuatro manos
Brenda hace las tapas y el relleno Claudio. Cada uno sabe lo que hay que hacer, así, a base en ensayos lograron extraer de cada ingrediente un sabor definido. Así como en la vida.
Durante un tiempo la pasaron complicado por asuntos laborales o desempleo. De ahí nació la idea de encontrar un producto único en el mercado y nació "Simple y Sabor", que fue la forma en la que afrontaron los meses de embarazo de Brenda.
Para Claudio, "Simple y Sabor" es un negocio que forma parte de su vida porque fue su madre la que lo impulsó a cocinar, pero luego fue el instinto el que lo ha guiado por el sabor y por eso ha crecido la cantidad de oferta.
Ahora por la Jornada Nacional de Sana Distancia retomó este sueño que ayudó durante los días complicados, pero ahora, con más madurez en el sabor y la hechura. La cocina es un ritual para este matrimonio, que ha encontrado en algunas ocasiones por accidente y otras por instinto variaciones en los sabores que se convirtieron ya en un referente para los duranguenses.
RCM