Durante la boda real, Meghan Markle deslumbró a todos con su atuendo, pero una de las partes más llamativas fue la tiara que llevaba puesta.
La diadema que acaparó la atención cuando Markle caminaba por las escaleras de la capillla de St. George, fue identificada como la tiara de la reina Mary, fabricada en 1932.
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La pieza fue creada a partir del broche del centro, que fue un regalo de bodas para la entonces princesa Mary, quien contrajo nupcias con el príncipe George, duque de Cornwall y York, en 1893. Años después pasó a las manos de la reina Elizabeth en 1953.
La tiara de diamantes y platino, está dividida en 11 secciones que tienen óvalos entrelazados que sujetan el broche, el cual es removible.
Antes de la boda, existían dudas sobre cuál tiara usaría la estadunidense. Algunos pensaban que eligiría la de la princesa Diana, otros se inclinaban por la que usó Kate Middleton, y algunos más que ella misma crearía la propia. Al final, la reina Isabel II decidió prestarle la diadema de su madre.
RL