Desde Francia y en varias piezas, así llegó la Estatua de la Libertad a Estados Unidos

La Estatua de la Libertad fue un regalo de Francia hacia Estados Unidos por su primer centenario de la Declaración de Independencia.

Este monumento fue diseñado por Frederic Auguste Bartholdi y Gustave Eiffel (Pixabay).
Ciudad de México /

Sin duda la Estatua de la Libertad es uno de los monumentos más conocidos y considerado uno de los más importantes de Estados Unidos. Ubicada en Nueva York también conocida como La Gran Manzana, la estatua es visitada por miles de turistas que viajan en ferri para llegar a la Isla de la Libertad, sitio donde está cimentado este monumento.

La historia de la Estatua de la Libertad se remonta a 1886 cuando Francia decidió otorgarle un regalo a Estados Unidos por el primer centenario de la Declaración de la Independencia, el monumento de cobre y hierro estuvo a cargo de Frederic Auguste Bartholdi y Gustave Eiffel, este último famoso por diseñar la Torre Eiffel de París.

Ambos comenzaron a diseñar la estatua en 1870, algunos detalles del monumento incluyen una corona la cual contiene siete puntas que representan los continentes del mundo. Aunque los estadunidenses planeaban inaugurar el monumento en 1876 para conmemorar su centenario de Independencia, no fue hasta 1884 que estuvo completamente lista.

Durante varios años, antes de que la estatua llegará a su destino final, Estados Unidos buscó un sitio donde colocarla y optó por una isla para que cualquiera que llegara a la ciudad a través del puerto pudiera contemplar la Estatua de la Libertad.

El 17 de junio de 1885 el monumento llegó a Estados Unidos desde Francia dividido en varias piezas que al ser unidas dieron como resultado una estatua de casi cien metros de altura a la que llamaron Libertad iluminando al mundo, esto haciendo alusión a la antorcha que sostiene en uno de sus brazos.

Pero fue hasta el 28 de octubre de 1886 cuando fue inaugurada la Estatua de la Libertad por el presidente Grover Cleveland, con el paso del tiempo, el monumento se ha deteriorado y su color cobrizo cambio a un azul verdoso. 

Actualmente, quienes lo deseen pueden subir los más de trescientos escalones en su interior para observar desde la corona de la estatua la impresionante vista del mar y de la ciudad.

PJG

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