El robo de uvas de los vinos más caros del mundo se ha vuelto una práctica frecuente en Francia, por lo que ha sido necesario establecer un patrullaje constante en los viñedos, según informan la agencia de noticias AFP y medios locales.
El modus operandi de los ladrones consiste en elegir un pequeño sector para que el robo no quede rápidamente en evidencia, a veces se quedan con el fruto de una parcela e incluso llegan a saquear toda una granja. El fenómeno, que se registra en toda Francia, se acentuó en los últimos años con la disminución de las cosechas, según medios locales.
Un grupo de oficiales de gendarmería está encargado de proteger las famosas uvas para vino de Borgoña de un número creciente de ladrones. Los patrullajes se hacen montados en bicicletas y motocicletas.
"El daño es enorme cuando hay robos y la presencia de los gendarmes nos tranquiliza", dijo Vincent Gros, quien dirige la finca vitivinícola Gros Frère et Soeur en la región de Cote d'Or, que representa uno de los vinos más caros del mundo.
"Cuando robas uvas, robas el trabajo de un año. Y nuestros racimos valen oro... Las cámaras también están colocadas en las zonas más sensibles", agrega el viticultor de 32 años. "Mi tío, un poco más lejos, ya ha sido robado en una parcela remota. Nuestro viñedo está muy fragmentado. Fuera del pueblo, es difícil de monitorear", enfatiza.
Contrario a lo que se pensaría, los ladrones suelen ser otros otros agricultores, cuyos cultivos fueron dañados por el mal tiempo. La combinación de heladas, granizo y sol abrasador de este año ha tenido efectos devastadores en muchos viñedos.
"Cuando la cosecha es muy pequeña, es tentador ir a robar uvas. Todo lo que necesitas es una podadora y un balde", comenta Gros.
Las patrullas policiales comenzaron en Borgoña tras una mala cosecha en 2016. Según el departamento de policía de Cote d'Or, el robo de uvas se castiga con hasta tres años de prisión y una multa de 45 mil euros (971 mil pesos).
"El robo de uva no solo es un delito, sino que también afecta directamente la economía de la región y su sector vitivinícola, que ya está muy afectado por los riesgos climáticos", enfatizó el departamento en su página de Facebook.
Las patrullas se realizan principalmente durante las noches, que es cuando suelen ocurrir la mayoría de los robos.
“Si ves gente que no tiene nada que hacer en los viñedos por la noche, los encandilas. Los controlamos, los interrogamos", subrayan los oficiales de policía.
lnb