¡Deliciosas! De limón, fresa o raíz: Aguas Celis, el 'oasis' en la Plaza de Armas de Torreón

Miles de personas se han congregado para calmar no sólo la sed, sino la curiosidad por probar uno de los manjares con más arraigo.

Las 'agua celis' se ha convertido, luego de casi noventa años, en un referente. (Mauricio Román)
Luis Carlos Valdés
Torreón, Coahuila. /

Sean de limón, fresa o de raíz, las 'agua celis' se ha convertido luego de casi noventa años, en un referente de la identidad popular en la Comarca Lagunera

Es la Plaza de Armas de Torreón el oasis a donde cientos o miles de personas se han congregado para calmar no sólo la sed, sino la curiosidad por probar uno de los manjares con más arraigo dentro de los paladares laguneros. 

Pero ¿qué tiene esta bebida que encanta a familias completas, laguneros y foráneos? Luis Enrique Rangel, encargado del 'Estanquillo El Casino', ubicado en la Plaza de Armas, reconoce que ni la violencia ni la pandemia, han acabado con esta tradición.

De acuerdo a datos históricos, la Plaza de Armas de Torreón fue fundada en 1883, cuando se concibió la idea de establecer una colonia en la entonces Estación Torreón; hoy al paso de los años este punto se ha convertido en un sitio emblemático como centro de la convivencia de la ciudad. 

Una melodía surge del reloj monumental construido ahí en septiembre de 1983. Ahí se encuentra Estanquillo “El Casino”, memorable por la venta de sus deliciosas aguas celis de sabores. Por la avenida Juárez justo frente al que fuera el histórico Casino de La Laguna con su arquitectura Art Nouveau, y que hoy alberga el Museo Arocena.

Emulando una melodía de campanas, el reloj monumental construido en 1983 recuerda su presencia monumental en dicha plaza. A unos metros del reloj, se encuentra este histórico sitio. 

Dentro del estanquillo y con un vaso de limón y azúcar, se encuentra Luis Enrique Rangel y mientras prepara un agua celis, refiere: “El agua celis no es agua mineral como tal, es una bebida con un toque de gas, fría y con hielo, que le da una sensación refrescante al agua mineral y este sabor le ha gustado a la gente”, destaca.

Dice que le han comentado que la palabra “celis”, es una palabra alemana que significa “Agua con burbujas”. Como parte de su historia, recuerda que este negocio tiene 86 años aproximadamente ubicada en la Plaza de Armas.

Lamenta que hoy sean los únicos en la región que venden este tipo de bebida. Recuerda que los “estanquillos” en que se ha vendido la celis, se ubicaban además en la Alameda Zaragoza, en el Bosque Venustiano Carranza, en la Plazuela en donde se estuvo la antigua presidencia de Torreón; “fueron removidos con el objetivo de reinstalarlos, pero esta promesa nunca se les cumplió”, lamentó.

“Mi abuelito fue quien hizo el agua de raíz. Los jarabes de uva, mango, fresa, durazno, se consiguen en cualquier negocio, pero no el jarabe de raíz, fórmula que ha pasado de generación a generación, manteniéndose los ingredientes y la cantidad de los mismos al paso de los años”.

El oasis de los sedientos

El calor es abrasador, intenso, hasta más de cuarenta grados. Esto ha permitido que como ya es historia, la gente, los laguneros y los foráneos lleguen a Estanquillo El Casino, abriéndose paso entre improvisados puestos de artesanías, puestos de alimentos, bebidas, escritorios con pseudo abogados ofreciendo el divorcio express, hippies ofreciendo bisutería, y montones de basura, que ya se han convertido en activos fijos de la Plaza de Armas. Ahí está el oasis de “El Casino” y sus aguas celis. El agua de celis con limón y las de raíz son las más vendidas.

Rangel reconoce que los retos que han enfrentado no sólo ha sido frente a la competencia que les generan las decenas de puestos ambulantes que hoy pagan piso en la Plaza de Armas. 

En los tiempos de inseguridad, eran frecuentes las balaceras, en donde de día o de noche, quienes trabajaban en “El Casino”, tenían que meterse en las hieleras para protegerse de las balas perdidas. Una perforación aún es visible en las paredes de dicho lugar.

La pandemia ha causado estragos, pero también logran mantenerse. Luis Enrique y todo el personal que día con día trabajan en mantener la tradición de esta deliciosa bebida, ven que el esfuerzo ha valido la pena, cuando todos los días, llegan laguneros y foráneos a probar este manjar lagunero combinado con un buen duro de puerco o de harina con salsa casera.

EGO

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