En un concurso de cocineras tradicionales a nivel nacional, Puebla se posicionó en el top diez de los platillos más exquisitos gracias a doña Juanita, mujer originaria del municipio de Huaquechula, quien puso su amor y sabor al plato campesino que heredó de su madre: los alaches.
La historia de este reconocimiento inició en los primeros días de septiembre, cuando Fulgencia Moranchel, también conocida como Juanita, fue invitada a participar en el concurso nacional "¿A qué sabe la patria?". Comenzó a planear su participación ante 300 competidoras más y cada una de las cocineras tradicionales preparó su mejor guiso para sorprender a los jueces en la Ciudad de México.
El concurso se llevó a cabo en el Centro Cultural Los Pinos, un lugar en el que Juanita jamás soñó poder llevar con su cocina, sin embargo, gracias a su sazón y conocimiento quedó entre las diez mejores cocineras tradicionales de México con un platillo de herencia familiar: los alaches.
El sabor de sus manos
En entrevista para MILENIO Puebla, Juanita recuerda con cariño cómo su madre le enseñó a guisar desde pequeña, como parte de una necesidad en casa, ya que sus padres trabajaban en el campo y tanto ella como sus hermanas y hermanos tuvieron que aprender a valerse en la cocina para ayudar en el hogar.
La cocinera tradicional de la comunidad de San José Huiluco señala que para su familia, los alaches eran "un guiso de pobres", ya que se preparaba con ingredientes sobrantes del campo donde sus padres cultivaban cacahuate.
Cacamas o frijoles tiernos, alaches, calabacitas, sal blanca, pipicha o chepiche en un recipiente de barro calentado a fuego de leña los acompañaba con tortillas de maíz azul hechas a mano. Además, un vaso de agua de gloria y una salsa verde bien molcajeteada fueron los elementos que Juanita llevó hasta Los Pinos para poner en alto el nombre de Puebla.
La cocinera tradicional señaló que fue indispensable llevar todos los ingredientes y sus propios trastes al concurso, pues en su tierra encontró los elementos predilectos para darle un sabor único a este guisado. Además, aseguró que los nutrientes de su tierra y el nulo uso de pesticidas forman parte de la receta original.
Aunado a lo anterior, Juanita señala que sus manos le dan el sabor característico al platillo de los alaches: "Mi mamá me decía que el secreto son las manos, no todas las mujeres en casa tenemos las manos sabrosas. Ella me decía siempre: 'Cuando nuestra comida sale muy sabrosa depende de las manos".
Por lo anterior, Juanita dijo que no se quedará con estos conocimiento culinarios, pues está dispuesta a enseñarle sus recetas tradicionales a cualquier persona que se acerque y busque mantener viva la tradición.
CHM