Las fiestas patrias están cada vez más cerca y con ellas llega la oportunidad perfecta para disfrutar de la gastronomía mexicana. Uno de los platillos más representativos de esta temporada es el chile en nogada, símbolo de tradición y sabor.
Si tienes antojo de este platillo pero ir a un restaurante resulta muy costoso, no te preocupes, en MILENIO te compartimos la receta para que lo prepares en casa y disfrutes al máximo de este alimento mexicano.
¿Qué ingredientes necesitas?
Ten en cuenta que elaborar este platillo requiere de muchos ingredientes y bastante elaboración, por lo que tu bolsillo tal vez se vacíe un poco y el cansancio podría ser inevitable.
- Chiles poblanos grandes
- Carne molida
- Jitomates, cebolla y dientes de ajo
- Manzana, pera y durazno
- Almendras, pasas y nuez de castilla pelada
- Leche y queso fresco
- Granada y ramas de perejil
- Azúcar, canela y especias al gusto
¿Cómo preparar los chiles?
Preparar los chiles puede parecer una tarea complicada y si bien, lleva tiempo, es muy sencillo hacerlo, solo debes seguir estos pasos:
- Asa y pela los chiles poblanos, este es el paso que te tomará más tiempo.
- Haz una abertura y retira las semillas con cuidado.
- Sofríe la carne con jitomate, cebolla y ajo.
- Agrega frutas picadas, almendras, pasas y especias.
- Rellena los chiles con la mezcla preparada.
¿Cómo preparar la nogada?
La nogada es esa crema blanca que se encuentra sobre los chiles, es decorada comúnmente con granada y es lo que brinda el sabor dulce.
- Muele la nuez con leche, queso fresco, azúcar y canela.
- Mezcla hasta obtener una salsa cremosa y homogénea.
- Baña los chiles rellenos con la nogada.
- Decora con granada y perejil para darles los colores patrios.
¿Cuál es la historia de los chiles en nogada?
Los chiles en nogada nacieron en Puebla, México, en 1821. La tradición cuenta que fueron creados por las monjas agustinas del Convento de Santa Mónica para celebrar la visita de Agustín de Iturbide, entonces emperador, y la reciente Independencia de México. El platillo se diseñó para reflejar los colores de la bandera trigarante.
Su elaboración coincidió con la temporada de cosecha de sus ingredientes frescos, como la nuez de Castilla, las granadas y los chiles poblanos. Las monjas combinaron la riqueza de los productos locales con su ingenio culinario para agasajar al emperador.
Con el tiempo, este chile se convirtió en un símbolo de la gastronomía mexicana y es uno de los platillos más esperados durante las fiestas patrias.
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