Minerva Moreno está al frente de gorditas de cocedor “Mi Abue”, negocio ubicado en el corredor de puestos que inicia desde los ejidos Escuadrón 201 hasta Hormiguero, donde los viajeros, sobre todos los que van a Francisco I. Madero o San Pedro, se ven casi obligados a detenerse para comprarlas. Lo iniciaron hace 10 años sus padres y hoy, ella y sus hijos, están al frente del mismo.
Sin duda este corredor de gorditas se ha extendido y aunque en cada uno de ellos el platillo especial es el mismo, la diferencia está en el sazón, según comenta Minerva.
Expuso que las pioneras fueron las fundadoras de Gorditas Los Girasoles en el ejido Hormiguero, “de ahí se fueron derivando las demás”.
En el ejido Escuadrón 201, empezaron Gorditas Toñita y después de 3 años, “emprendimos este negocio nosotros y ahora tenemos 10 años trabajando todos, un negocio como dije al inicio, 100 por ciento familiar”.
“La emprendimos mi papá, quien murió el año pasado, se llamaba José Ángel Moreno Barrón, mi mamá quien aún vive, Rosa María Ibarra, yo y mi hija la mayor”.
Dijo que decidieron ponerle “Mi Abue”, porque todos sus nietos así se dirigen a ella, “no le dicen abuelita y obviamente, no la llaman por su nombre, solo 'abue'”.
Manifestó que su mamá casi ya no va, pero los clientes que tienen desde hace 10 años pregunta por ella, “y pues ya les decimos que casi no va por su edad aunque de vez en cuando la traemos”.
Su papá era quien prendía el fuego en el horno de leña para cocer las gorditas, él le daba el toque, sabía el punto de cocción, pero ahora su hijo Ángel aprendió muy bien y es quien las revisa, voltea y luego las saca listas para la venta.
La masa tiene una preparación especial, pues es maíz nixtamalizado, manteca, sal y cuajada, como así lo dicta la receta original.
Los guisos también hacen lo suyo y es cuando se forma la combinación perfecta para darle el sazón especial de gordita de cocedor.
Para todos hay, dice Minerva, “ahora somos muchos, pero cada quien tiene sus clientes, antes eramos pocos puestos y como le digo a mi hijo, son muchos los clientes y consideró que no hubiéramos podido atender a tantos, por eso Dios sabe por qué se dan así las cosas”.