Elaboradas con malta, caramelo, café y chocolate, adiciones de frutas tropicales, especias y condimentos y con el preciso grado de fermentación, las cervezas artesanales tuvieron un crecimiento importante a partir de 2014, generando microempresas especializadas en su producción alrededor del mundo.
Aunque no hay un registro oficial, lo que pudo ser una moda, aunado al alto costo de producción y con la pandemia de 2020, ha derivado en una desaceleración de este modelo de negocio.
De acuerdo con la Canirac Laguna, si el consumo en restaurantes de cerveza tradicional ha disminuido en al menos 50%, la caída en el consumo y la producción de la cerveza artesanal o gourmet, ha sido contundente. Y esto lo confirma José David Encerrado, productor local:
De los 15 mil litros que se producían mensualmente en el 2018, al paso de los años se redujo a 5 mil para ahora llegar a 2 mil litros mensuales, ya en tiempos de pandemia. Y de diez empresas productoras locales que había en sus inicios en el 2014 hoy sólo sobreviven tres.
Si bien reconoce que la oferta de cervezas artesanales ha ido “menguando” es decir que hay menos cervecerías, la escasez de producto en las grandes empresas se aprovechó para desplazar la producción artesanal. Y aunque el panorama pudiera haber sido un aliciente para este tipo de negocios, la realidad es que la desaceleración continuó, y con la pandemia, muchas cervecerías, al igual que otros negocios, “se fueron apagando, quebrando por los costos operativos”.
Sin el mercado adecuado
Por su parte Guillermo Martínez, presidente de la Canirac Laguna, recordó que se tuvo un auge muy fuerte de este concepto cervecero:
“Esto se dio cuando comenzaron a salir marcas como Chanate, que varias cervezas que tuvieron éxito las compraron las cervecerías como la Cuauhtémoc y como la Modelo, y ellos finalmente ya están desplazando a la cerveza artesanal”.
Indicó que la compra de las marcas por parte de las grandes empresas cerveceras se dio además del proceso de elaboración de dichos productos, y que se encargan de distribuirlas en varias partes del país.
El auge ha bajado, lamentó. Precisó que no se generó el gusto por la cerveza artesanal, para sostener la venta y cubrir el alto costo de producción que tiene esta bebida.
Como empresario restaurantero, Guillermo Martínez recordó que al ser artesanal y empresas pequeñas, el costo de elaboración era alto.
Una cerveza tradicional promedio que en un restaurante llega a costar de 20 a 30 pesos; una artesanal los restauranteros las compraban hasta en 40 pesos, teniendo que venderlas al público hasta en 70 pesos, por lo que esto impacta en la caída en la demanda del consumidor y por lo tanto, ya no circula la misma cantidad de marcas.
Recordó que los restauranteros de la zona Fresno Zona Culinaria, mandaron a elaborar la cerveza artesanal exclusiva para el consumo en los restaurantes de esa zona; sin embargo, el resultado no fue tan positivo, al pretender dar opciones de sabores y marcas al público.
“Es un producto que es muy gourmet y para paladares que gusta de un sabor más fuerte en las cervezas artesanales; en estos momentos no tenemos el mercado adecuado para poder desplazar esta producción”.
El presidente de la Canirac refirió que en el total del consumo de un restaurante en la venta total del establecimiento, el 70% corresponde a los alimentos y el 30% corresponde a bebidas; de este último porcentaje, descendió alrededor del 15%, por lo que se estima que la venta de cerveza cayó hasta un 50%, lo impactó en la utilidad de los restaurantes por este concepto.
Casa Noas hace pausa para retomar fuerzas
El proyecto de cerveza artesanal Casa Noas está en pausa. De acuerdo a Luis Héctor Valdez Gurrola, director de esta marca, las condiciones económicas que privan en La Laguna, no hacen viable continuar con el proyecto de producción y comercialización como se tenía establecido.
Hoy radicado en la ciudad de Monterrey y dedicado a la consultoría empresarial y desarrollo de proyectos en la misma rama de bebidas, señala que relanzará este proyecto y trabaja en la reestructura que le permita enfrentar las nuevas condiciones del mercado frente a la pandemia.
“Vamos a regresar con más fuerza en este proyecto, a lo largo de nuestra historia llegamos a obtener medallas internacionales y esta pausa servirá para reestructurarnos y retomar la producción cervecera con más ímpetu, todo por la región de La Laguna”, aseguró.
Reiteró que el gusto por esta bebida se dio ante la necesidad del cliente por encontrar otros sabores que no se encuentran muy fácilmente, se trata de un público más exigente que se cuestiona y no se conforma con el sabor de la cerveza tradicional, siendo finalmente esta necesidad, cubierta por el surgimiento de concepto artesanal en la región lagunera.
CALE