Con el calor que se está presentando en la Ciudad de México y área metropolitana, podemos encontrarnos con diferentes maneras de refrescarnos pero sin duda, tomar un raspado de grosella es una de las bebidas que más disfrutamos.
Por lo que debes saber de dónde viene y por qué es toda una hazaña que podamos encontrarla en los carritos de raspados de la Ciudad de México.
Primero debes saber que el aspecto de una grosella es muy similar a una mora, sin embargo, la diferencia es su color, ya que es un rojo muy intenso con tonos rosados que hace que sea una de las más peculiares.
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¿De dónde viene la grosella?
Es bien sabido que dependiendo de la región del mundo es donde encontraremos el tipo de flora correspondiente y en este caso, la historia de la grosella proviene desde Holanda, por lo que debes saber que fue un mexicano quien se encargó de traer el sabor de la grosella a México.
De acuerdo con Líderes Mexicanos, fue el abuelo de los dueños de la compañía de saborizantes Deiman, el señor Francisco Medina González, quien creó este sabor después de haber probado los tres tipos de grosellas que hay en Bélgica, Holanda e Inglaterra, para crear esta fusión.
Francisco Medina González también es uno de los primeros egresados de la licenciatura de ingeniería química de México por parte de la UNAM, además de que su familia comenzó a comercializar colorantes y saborizantes de comida, lo que le permitió crear dicho sabor.
Es decir, al tener la empresa de su familia y con la capacidad de crear el sabor, mezcló algunos tipos de grosellas para poder crear lo que ya conocemos.
Por lo que, si bien, sí es el auténtico sabor a grosella, lo que en realidad probamos es la combinación de todos sus tipos mezclados de manera que se obtuvo uno de los sabores más característicos de México.