Las gorditas: Identidad gastronómica de La Laguna que no cambiará de nombre

Las gorditas rellenas han dado por décadas placer a los paladares de miles de laguneros y foráneos y cuyo nombre forma parte ya de la identidad gastronómica.

Las gorditas es un platillo tradicional de La Laguna. (Mauricio Román)
Luis Carlos Valdés
Torreón, Coahuila /

Sean de chicharrón, de queso, de picadillo con papas, de asado, rajas, de mole, nopalitos, guisado verde o rojo, de requesón, chorizo, huevo, e incluso ahora de cajeta, nutella o chocolate, sean de maíz, de maíz negro, de harina o harina integral, las gorditas rellenas han dado por décadas placer a los paladares de miles de laguneros y foráneos y cuyo nombre forma parte ya de la identidad gastronómica de La Laguna.

Marcas comerciales como las pizza gordas de El Buen Trato, Gorditas Garza y Garza, las gorditas infladas de El Danubio y otras como las gorditas de Doña Licha, algunas gorderías con más de 40 años de tradición en la región. Otras más como Gorditas La Pestaña o La Ranita, también han formado parte de la historia de este manjar.

Las de maíz, las mejores con Doña Licha en el Bosque

El caso de Gorditas Doña Licha, cuya propietaria inició este negocio en 1973 en la esquina de Abasolo y Falcón junto a la CTM, negocio que tuvieron que traspasar. Pero desde hace ocho años, atienden en la sucursal de la Bravo y Juan Pablos frente al Bosque.

 Su sabor ha sido llevado a diversos estados del país e incluso del extranjero. 

Cecy ha formado parte del equipo de trabajo de este negocio por años y sobre la aparente intención de cambiarle el nombre a la gordita señala:

“De darle otro nombre, nada que ver. Son años y años de llamarse gorditas y no tiene que ver con la gente obesa, además no hay otro nombre que se le pueda dar más que gordita”. 

Por su parte, Jorge Alberto De Aguinaga Salazar, encargado del lugar, asegura que aunque si por alguna razón se le llega a cambiar el nombre, por el arraigo que tiene entre la población en La Laguna, la gente la va a seguir pidiendo como gordita. 

“Es como si se le quisiera dar otro nombre al taco. Es una tradición que viene del campo, de la gente que trabajaba en la labor y que siempre se le ha llamado así”, expuso.

Unas gorditas con sabor e historia: Garza y Garza

Comer gorditas en este lugar es adentrarse literalmente en la historia de la ciudad de Torreón. Es conocer la ciudad y sus lugares emblemáticos de principios del siglo pasado; es transportarse a la época revolucionaria y convivir con el mismo Francisco Villa representado por Fernando Garza, a través de la semblanza fotográfica plasmada en las paredes de este icónico lugar ubicado en la zona de Distrito Cobian, en la avenida Abasolo y Donato Guerra.

“La gorda nace incluso desde la época prehispánica con el uso del maíz, pero en el norte se hacen famosas en la época de la Revolución Mexicana”. Según explica, las fuerzas revolucionarias traían a sus mujeres con petates, braseros, ollas; llegaban a los campamentos y preparaban las gordas a mano”. De igual manera se alude el nombre de gordita a que este platillo se refiere a una tortilla es es más gruesa que la habitual, de ahí que “sea más gordita y rellena”.

Se dice que es el norte del país, la región en la que más se acostumbra este platillo. Y en cuanto al uso de la harina en su preparación, hay otras fuentes que señalan que se derivó por el refinado que se hizo del trigo en Estados Unidos; y otros señalan que fue por la migración tlaxcalteca a la zona de Monclova y Saltillo, y el cultivo del trigo más que del maíz. 

“O como el burrito, que nació en la época de la Revolución, que determinaron hacer la tortilla que rellenaban de comida y vendía en un burrito; todos preguntaban por el del burrito; pero esto se popularizó en Ciudad Juárez”, explicó

Fernando Garza refiere que fue en los años cincuentas cuando comienza la comercialización y proliferación de negocios dedicados a la venta de este platillo en Coahuila, particularmente en Torreón: 

“Sobre lo que se dice que la gordita es un insulto para las mujeres, aclaro que el que esto no tiene nada que ver. Cambiarle el nombre a una comida tradicional, no puede darse; no se puede cambiar el nombre a los negocios que tienen esta palabra, no es una ofensa a la mujer”, aseguró.

Dijo que ante el crecimiento de la economía en la región, el consumo de la gordita se ha arraigado en la región, al ser de las comidas más nutritivas y completas que hay y que se obtiene de manera muy rápida, de ahí que ya sea parte de la identidad de los laguneros.

Además que es una fuente de ingresos para gran parte del población; donde casi en cada esquina o cuadra de la ciudad, se pueden encontrar negocios dedicados a la venta de gorditas.

Para gorditas infladas, las de El Danubio

La nostalgia se hace presente al entrar al restaurante El Danubio. 

Ubicado en la avenida Escobedo en el segundo cuadro de la ciudad, se ubica este lugar que por cincuenta años ha ofrecido una de las gastronomías más vastas de la ciudad, con su menudo, pozole o su caldo tlalpeño; pero sin lugar a dudas, las gordas infladas o “las infladitas”, son toda una tradición; donde cualquier idea de cambio de nombre, ni siquiera pasa por la mente.

Las gorditas infladas adquieren esa forma al pasar en aceite la masa de maiz que al inflarse, están listas para ser rellenadas de cualquier guiso. 

Sea picadillo, frijoles con queso, asado, rajas, chicharrón, en fin. Todo un placer al antojado paladar de los laguneros. Atendido por el buen Mauricio, este restaurante conserva no sólo el ambiente, sino el buen sabor de la comida mexicana en La Laguna.

De tortillones pasaron a pizza gordas en El Buen Trato

Ubicada en la esquena de la calle Zaragoza y bulevar Constitución, en Torreón, se ubica desde hace casi treinta años, El Buen Trato, cuyo característico platillo son las pizza gordas.

“Mi tia vendía en la fayuca gorditas y le dijimos que marcara la diferencia y que comenzara a vender las gorditas con ese tamaño, fue así que nacieron las pizzas gordas.Y de esta manera, reconvirtieron su actividad que comenzaron vendiendo tortillones para vender este platillo que ha adquirido arraigo entre la población lagunera. “Somos toda una familia que laboramos en esto, y hemos podido salir adelante con el trabajo de vender este producto que ya ha sido probado por generaciones”, explicaron.

Sean de chicharrón prensado, de bistec con papas, deshebrada, discada, este lugar ha logrado sobrevivir al paso de los años superando muchos retos: 

“Sobre el que le cambien el nombre. En México a todo le llaman quesadilla y no tiene nada de queso, le quieren cambiar de nombre. Mejor que hagan algo que realmente beneficie a la población”, comentaron los encargados.

CALE

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