Bajo el fuego lento de la vida y la sazón de los recuerdos, Carmina Gaona Carvajal ha forjado su historia entre especias y fogones. Nacida en Guerrero, pero con el corazón latiendo fuerte en Torreón, su amor por la cocina surgió en la infancia, cuando la necesidad se convirtió en arte y el alimento en un lenguaje de amor.
"Éramos muchos hermanos y primos, y como de las mayores, me tocaba cocinar. Fue por hambre al inicio, pero después me di cuenta de que era mi forma de dar cariño", explicó.
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¿Cómo llegó a MasterChef?
El destino le tenía reservado un giro inesperado en 2015, cuando su curiosidad por MasterChef se transformó en una aventura inolvidable.
"Vi la convocatoria y pensé que estaría padre intentarlo. Mi hijo, sin decirme nada, me inscribió y me grabó cocinando un mole rosa".
Una de los 300 mejores chef a nivel nacional
Su talento fue reconocido rápidamente, llevándola hasta la lista de los 300 mejores cocineros a nivel nacional. Sin embargo, un obstáculo administrativo la detuvo en el último peldaño.
"No tenía pasaporte y no lo pude sacar por un error en mi acta", cuenta con nostalgia.
La experiencia le dejó un sabor dulce en la memoria y el impulso para seguir innovando
Como una alquimista de sabores, Carmina encontró en la salsa macha un lienzo para su creatividad.
"Siempre he sido inquieta, me apasionan los olores y colores. En Guerrero usamos muchos condimentos y quise experimentar con mezclas diferentes", explica.
Así, entre chiles ahumados, ajonjolí y cacahuates, nacieron sus salsas, cada una con una personalidad única, listas para transformar cualquier platillo en una sinfonía de sensaciones.
Actualmente deja su 'legado de amor' en Paseo Colón y Moorelear
"Los vendo los viernes y sábados en Moorelear de 6:00 a 10:00 p.m., por el Tacostao, y los domingos de 8:00 a 1:00 p.m. en el Pase Colón, en el área de cultura", explicó.
Además, quienes buscan una dosis de su magia pueden encontrarlas en la tienda Ema, en la calle Falcón entre Juárez y Morelos.
Salsas y moles artesanales
Cada frasco de salsa es más que un condimento: es un viaje a través de su historia, una que va sobre esfuerzo y amor en su descubrimiento a sí misma en la cocina. En su mirada brilla la misma chispa que la llevó a conquistar MasterChef, porque para Carmina Gaona, la cocina sigue siendo su hogar, su arte y su legado.
"Cuando veo la expresión de agrado en quien prueba mis salsas, sé que todo ha valido la pena". Y así, entre cucharadas de historia y destellos de picor, su nombre sigue dejando huella en los paladares de La Laguna.
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