Matilda abrió sus puertas al amor y a través de diversas manifestaciones, Cupido apareció para realizar los sueños de las parejas y amigos que participaron en la tercera. Cena Erótica, que se celebró en el restaurante Moxi de San Miguel de Allende.
La sui generis experiencia inició en el lobby, donde una alfombra formada por cientos de pétalos rojos indicaba el camino hacia el amor, en pareja, en grupo y hasta en compañeros ocasionales.
Al centro, sentada en una cama con corazones y accesorios propios de la ocasión, estaba Diana Santísima Kitsch (esa divinidad cuyo cuerpo desnudo brillaba de pies a cabeza) que se disponía a cumplir los deseos eróticos de los convidados tras escuchar sus anhelos, como parte del performance que comparte con el Colectivo A+C "La mística de la sensualidad o a mí me gusta que me pinten las uñas".
Siempre sonriente daba ánimo a quienes se acercaban a confesarle sus deseos y a cambio pedía que le pintaran una uña. Los más escépticos a unos metros simplemente observaban la escena que amenizaba Diego con su violín, y que les despertaba su curiosidad.
Bruce James, director del Hotel Matilda, puso el ejemplo y se acercó a Santísima para hacer su petición. Lo secundaron Aurelie Skorupa, Brand Manager de vinos Casa Pedro Domecq, Alberto Cinta, Rosenda Ruiz y Lorenzo Ruíz; mientras algunos invitados hacían fila para participar del ritual y otros más se encaminaban a sus mesas, encontrándose a cada paso con el erotismo materializado en la propuesta de arte, que distingue la ambientación del hotel Matilda y que propuso Óscar Román.
PLACER AL PALADAR
A unos metros, en la cocina, el chef Luis Alonso Robles detallaba su propuesta gastronómica, que previamente, compartió: "Está inspirada en el día de los enamorados y se distingue porque hemos traído productos de la Baja (Baja California) para prepararla, con la intención de que tengan el placer de probar la frescura de nuestros ingredientes" .
Para entonces la fiesta ya se concentraba en Moxi, donde aunque predominaba el negro en los atuendos, los encajes, escotes, pedrería, lentejuelas y originales antifaces; así como los detalles en rojo, daban el sello sensual a la velada.
Eran poco más de las 9 de la noche, había pasado más de una hora de haberse iniciado la fiesta en honor a los enamorados, cuando tocó al chef dar placer.
Para lograr el objetivo se valió de sus 4 tiempos: Seducción con un Tartar de papá, emulsión de ostión chingón, atún de la Baja y caviar que propuso maridar con tequila de Casa Dragones joven.
El segundo tiempo fue Provocación con un platillo a base de maíz fresco, camarones, queso añejo, ciboulette y trufa de invierno; que recomendó maridar con Vilarnau Brut Reserva Cava.
El tercer tiempo llegó con Excitación, materializado en su propuesta de Lobina, col tatemada, emulsión de hinojo y menta, que acompañó con Vilarnau Brut Rosado Reserva Cava.
Y el Misterio llegó a la mesa cuando se sirvió el postre. Un pain perdu con cremoso de cardamomo, moras maceradas y frambuesas clarificadas que propuso disfrutar con Tequila Casa Dragones Reposado Mizunara.
Los 70 amantes de la velada coincidieron en reconocer la creación del chef, cuando el anfitrión de la Cena Erótica, Bruce James, agradeció al experto gastronómico, pero además compartió que los platillos recibieron la aprobación del chef francés y estrella Michelin, Laurent Manrique, quién entre los invitados, también gozaba de la celebración por el día de los enamorados.
Los comensales seguían disfrutando del postre y algunos coqueteaban con sus parejas o bien bromeaban entre amigos con las burbujas, látigos o antifaces que decoraban las mesas; mientras el pintor Alejandro Trejo daba las últimas pinceladas a su obra, que se sumaba a la temática de la noche, el amor. Y el grupo de jazz seguía dando ritmo a la velada.
Claves
El origen
- El concepto de Cena Erótica fue creado durante tiempo de pandemia para ayudar a la reactivación del turismo en San Miguel de Allende.
- En cada edición se crea un concepto diferente para ofrecer una experiencia distinta a los participantes del evento.
- Gran parte de los participantes son turistas que se hospedan en el hotel, pero también hay asistentes que viven en el poblado, como restauranteros y galeristas o empresarios.