Hasta los psicópatas tienen la posibilidad de readaptarse en un entorno social, aseguró ayer Daniel Reisel, doctor en neurociencias por la Universidad de Oxford e investigador del College of London, tras comentar que toda persona ha nacido con la capacidad de sentir empatía, pero en algunos casos ese potencial no se desarrolla a través de las relaciones con otros.
La afirmación del científico, quien participó en la sexta edición de la Ciudad de las Ideas, un congreso que reúne a mentes brillantes de todo el mundo en la ciudad de Puebla, surge de una investigación que realizó con psicópatas en Wormwood Scrubs —una de las prisiones más famosas de Inglaterra—, cuyos resultados demostraron que aplicando una variante del método conocido cono "justicia restaurativa" era posible que la parte del cerebro encargada de las emociones de empatía se activara.
"En el estudio pusimos a psicópatas en un escáner de resonancia electromagnética y les enseñamos fotografías de individuos que estaban sintiendo diversas emociones. Cuando la imagen era de una persona desconocida para el sujeto, la respuesta de la amígdala fue de cero; sin embargo, sí la había cuando la imagen de dolor era aplicada a ellos mismos", narró el especialista.
Por ello, abundó, "descubrimos que los psicópatas tienen potencial para desarrollar empatía, solo que en ellos aplica de una manera diferente, esa es una clave dentro de la neurobiología de la afinidad".
CASO EXITOSO
Al preguntarle si la edad o la repetición de varios crímenes influye en la capacidad de la readaptación social de un delincuente, Reisel explicó a MILENIO que no importando la edad o lo acostumbrado que esté el sujeto a cometer incluso homicidios, el cerebro siempre tiene la capacidad de cambiar.
"Ese fue el caso de Peter, él era un prisionero de edad avanzada que con el tiempo cometía crímenes cada vez más graves, hasta él se consideraba un psicópata, porque reconocía que no tenía conciencia", narró el especialista.
"Hasta que un día —continuó—algo le pasó a Peter: su hermano, que también era criminal, asesinó a una persona, eso fue un shock para él, pero también fue un disparador para un nuevo proceso de introspección a pesar de que era ya un hombre maduro.
"Después de esto, Peter se encerró en su celda y empezó a ver fotos que le había dado un psicólogo de personas mostrando distintas emociones, una cara feliz, otra triste, preocupada, ansiosa, con miedo, y empezó a practicar las emociones frente al espejo, hasta sentirlas y desarrollar una conciencia", abundó Reisel.
Peter ahora se dedica a dar pláticas en distintas prisiones alrededor de Inglaterra para conectar emocionalmente con la gente que no ha logrado desarrollar empatía, "por eso creo que los criminales de carrera también tienen la capacidad de cambiar, pues todo muestra que el cerebro se puede readaptar, aún cuando se es mayor, es un mensaje de esperanza", afirmó el experto.
JUSTICIA RESTAURATIVA
"En una investigación sobre el efecto del ambiente de aislamiento en la salud del cerebro encontramos que la gente que va a prisión entra en una especie de congelamiento profundo donde no hay posibilidad de desarrollo psicológico", comentó el científico.
La justicia restaurativa es un campo emergente en el ámbito de la jurisprudencia y la ley, una idea que inició juntando a jóvenes delincuentes con sus víctimas para escuchar sus historias, lo que puede ser una poderosa experiencia de transformación, aseguró.
"Si ves las estadísticas, los encarcelados en prisiones normales tienen una tasa de reincidencia de alrededor de 70 por ciento, y con el nuevo sistema se ha logrado bajar ese indicador casi a la mitad", detalló.
De las personas que han participado en este proceso en Nueva Zelanda, ejemplificó Reisel, 85% de los agredidos han encontrado alivio, mientras que de acuerdo con los datos más recientes del Consejo de Justicia Restaurativa, la tasa de reincidencia de los agresores se redujo 30%, lo que hasta la fecha representa "el mejor resultado en un sistema de readaptación".
Al preguntarle si se puede utilizar este sistema en la lucha contra el narcotráfico, el científico concluyó que "los delitos de drogas son un fenómeno más complejo, porque el efecto del crimen pasa lejos del criminal, la idea sería llevar a los traficantes presos a un lugar donde puedan atestiguar las consecuencias plenas de sus acciones".