Helena Christensen. Por una mejor narrativa en el mundo

La supermodelo, fotógrafa y humanista danesa utiliza su plataforma, sus potentes imágenes y su voz para crear conciencia sobre el problema global de las mujeres refugiadas.

Helena Christensen (Foto: Agata Serge).
Sarah Gore Reeves
Ciudad de México /

Ha aparecido en las portadas de revistas de fama internacional, como Vogue, Harper’s Bazaar y W, y forma parte de la pandilla de top models junto a Carla Bruni, Christy Turlington, Linda Evangelista, Claudia Schiffer, Naomi Campbell y Cindy Crawford.

Comenzó como fotógrafa, y poco después empezó a trabajar de modelo; desde entonces ha mantenido ambas carreras. Helena es embajadora del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Utiliza sus fotografías para contar historias, fortalecer voces y defender los derechos humanos de los marginados.

Has viajado documentando a mujeres que viven en malas condiciones tratando de sobrevivir. ¿Cómo hacer que la gente ayude en esta crisis humanitaria?

"Las mujeres que conozco me brindan esperanza, empezando por las de Colombia, y más recientemente las de Jordania. Se trata de personas independientes, decididas y orgullosas, todas en diferentes etapas de sus vidas. En la actualidad, unas 65 millones de personas buscan protección en países que no son el suyo, y siempre que es posible lo aprovechan al máximo, tratando de comercializar sus habilidades y aprender nuevas, encontrar trabajo, oportunidades y hacer conexiones. Uno puede leer más sobre el trabajo del ACNUR con las mujeres refugiadas y cómo apoyarlas, no solo a nivel internacional sino también local, en su página acnur.org/mujeres."

Los animales, la naturaleza, los refugiados están todos desplazados en algún nivel. ¿Cómo eliges las organizaciones con las que trabajas?

"Si pudiera ayudar a todos, ¡lo haría! Soy amante de los animales y creo apasionadamente en los problemas relacionados con la justicia climática. Por alguna extraña razón, tal vez por casualidad, las pequeñas organizaciones de beneficencia a las que apoyo terminan en mi vida de alguna manera, y tiene todo el sentido para mí participar en ellas. Mi trabajo con el ACNUR proviene de la comprensión de que ser refugiado y no tener un hogar puede sucederle a cualquiera y, a menudo, se malinterpreta en un mundo que se está volviendo cada vez más xenófobo. Intento apoyar a tantas organizaciones como sea posible, a veces tengo que centrarme en las que creo que tienen un impacto significativo".

¿Cómo dar pequeños pasos y ayudar en esta crisis mundial?

"Hay muchas maneras de ayudar. Cada pequeño gesto de bondad supone una diferencia para otra persona. Siempre puedes ser voluntario y hacer donaciones, también hay muchas cosas que hacer a nivel local: consultar los comedores sociales y los programas de entrega de alimentos, y organizar un evento para recaudar fondos. También hay formas de ayudar a un refugiado o desplazado, por ejemplo, integrándolo a la comunidad. Unas pocas palabras amables contribuyen mucho a que alguien se sienta seguro en su barrio".

¿Qué intentas inculcarle a tu hijo y qué quieres compartir con los demás?

"Querría que se sintiera feliz e infinitamente amado desde el principio. Él es siempre mi prioridad número uno. Lo llené de todo el amor, la confianza en sí mismo, sabiduría, comida sana, rutinas y buen dormir desde que nació. Y, por supuesto, trato de ser un buen ejemplo en todo lo que hago, mostrando amabilidad y gracia. Las acciones hablan más alto que las palabras".

Fuiste la musa de dos grandes fotógrafos de moda: Peter Lindbergh y Herb Ritts. ¿Qué recuerdos favoritos tienes?

"Ambos fueron mentores maravillosos e inspiradores. Trabajé con ellos desde el comienzo de mi carrera. Los dos creyeron en mí desde el principio y me cobijaron bajo sus alas. No creo poder agradecerles lo suficiente, y aún lo hago en mi mente. Uno de los momentos épicos que tuve con Peter Lindbergh fue un rodaje que hicimos en el desierto marroquí, durante el cual escuchamos una y otra vez, día y noche sin parar, un disco de U2 con una enorme bocina".
"Herb Ritts se convirtió en un amigo cercano. Hoy aún lo extraño. El hecho de que me eligiera para estar en el grandioso video de Wicked Game es algo por lo que siempre estaré agradecida. Ambos fotógrafos fueron una gran inspiración en mi carrera. Tuve a algunos de los grandes maestros que me enseñaron habilidades fotográficas y me educaron. Todavía creo que fue un sueño".

mrevistademilenio.com

Fotografiada por Agata Serge

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