Entre el Golfo de México y el mar Caribe hay una isla de arena blanca y aguas turquesa. Es fácil enamorarse a primera vista de Holbox, un expueblo de pescadores cuya belleza natural invita a entregarse a la contemplación. Ahí el único protagonista es el paisaje. Mar, cielo y sol confabulan para olvidarse del tiempo.
Desde el acompasado vaivén de una hamaca o de mullidos colchones que se disponen frente al mar para tomar el sol, la relajación y el descanso encuentran su verdadera esencia. La recomendación para el visitante es ir sin prisa. Es un destino que se descubre al abrir los sentidos. La vista recibe el mayor agasajo, el oído alcanza a percibir el sonido del mínimo oleaje que se confunde con el vuelo y el trinar de las aves, y a la nariz, llega un delicado aroma a sal.
Una de las actividades favoritas de los viajeros es caminar por el mar. La isla está rodeada de bancos de arena. Con gorras, sombreros y lentes es común ir y venir a lo largo de la playa.
En algunos lugares, el agua apenas llega a los tobillos; su transparencia permite distinguir la variedad de conchas y peces que ahí viven. Con 41 kilómetros de largo, la isla rodeada de manglares ha logrado permanecer lejos del turismo a gran escala.
Su mayor reto es proteger esa lejanía, pese a que en los últimos años la principal actividad económica de los pobladores cambió de la pesca al turismo.
En Holbox el crecimiento aún parece sostenible, sin edificios y escasas calles pavimentadas, no se permite el tránsito de vehículos pesados; la gente que se traslada por calles de arena, lo hace a pie, en bici o en carros de golf.
Holbox en maya significa “hoyo negro”; se llama así por la laguna que se ubica en su territorio y parece tener un fondo negro. La isla forma parte de la Reserva de la Biósfera y Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, lo que le ayuda a mantener su entorno natural, así como su identidad local.
Cómo llegar
Solo hay dos vías, por aire y por mar. Desde el aeropuerto de Cancún salen avionetas que funcionan como taxis aéreos y en 25 minutos aterrizan en la isla. Para quienes deseen trasladarse por tierra, el trayecto desde el centro de Cancún es de dos horas para llegar a Chiquilá, después es necesario tomar un ferry que cruza el mar y llega a Holbox en 20 minutos.
A dónde llegar
El último de los alojamientos de la isla es un hotel ecofriendly que el año entrante cumplirá 10 años. Se llama Las Nubes de Holbox y hace honor a su nombre porque desde diferentes partes de la isla se ven las formaciones blancas que se estacionan en su cielo.
Construido de adobe, palma y madera, el lugar tiene 27 habitaciones con amenidades ecológicas hechas por las comunidades que viven en la isla. Su ubicación, al final de la costera hotelera, ofrece mayor privacidad y, sin duda, es un sitio ideal para deleitarse con el mar de Holbox.
Su club de playa tiene árboles en la orilla del mar; a unos metros, océano adentro, está un banco de arena desde el que todos los días se aprecian vistas espectaculares.
Para admirar amaneceres y atardeceres, su restaurante, El sabor de las nubes, ofrece una de las mejores vistas, por ello es sitio de reunión para celebraciones, sobre todo de enamorados. Se pueden agendar clases de yoga, tienen servicio gratuito de préstamo de kayaks, paddle boards y bicicletas. Y para relajarse por completo, no hay relojes ni televisión en las habitaciones y el wi fi está restringido a las áreas comunes.
Qué hacer
Debes admirar la bioluminiscencia; en las noches sin luna se aprecia mejor y es necesario alejarse de la luz de los hoteles para admirarla. Este es un fenómeno natural, que ocurre de abril a diciembre, en el que el mar de Holbox, la arena brillan como si tuvieran luces neón debido a la reacción química provocada por la enzima luciferasa que abunda en los alrededores.
El recorrido que ofrece Holboxtreme incluye avistamiento de estrellas para descubrir constelaciones y planetas, siempre con la ayuda de un guía. Si tienes más tiempo, puedes hacer el tour de las Tres Islas, visitar el cenote Yalahau y nadar con el tiburón ballena, inofensivos animales de más de 10 metros, que son parte de los atractivos de la temporada.
Claves gastronómicas
Pizza de langosta
En el Roots de Holbox se sirve la mejor versión de su platillo estrella, la pizza a la leña de langosta, que llega a la mesa con cola incluida.
Platillos mexicanos
En El sabor de las nubes, del hotel las Nubes de Holbox sirven los mejores chilaquiles verdes picositos, acompañados de salsa de habanero.
Comida del mar
No te pierdas la frescura de la variedad de ceviches de la región, pulpo, camarón y pescado, acompañados de relleno negro o mango.