La desaparición de Club 18-30

Viajes

¿Será una buena noticia para los turistas ingleses?

En Club 18-30 se han llevado a cabo muchas de las fiestas más salvajes en las últimas décadas (Cortesía).
Michael Skapinker
Ciudad de México /

Platicaba con el propietario de una taberna en la isla griega de Zakynthos a mediados de la década de 1980. Los británicos son un enigma, dijo. “Su país es culto, entonces, ¿por qué sus turistas se comportan tan mal?”.

Por supuesto, no lo hacen en todas partes. Desde hace mucho tiempo Zakynthos es un destino popular para el grupo de británicos fiesteros, escandalosos, que les gusta embriagarse y enseñar la piel. También lo hacen en Malia, Creta, y Magaluf, Mallorca, a cuyos esfuerzos para atraer visitantes con un mejor comportamiento les he dado seguimiento durante más de 25 años.

Cada verano, los tabloides británicos se dan un festín con las travesuras de los visitantes. El año pasado, el Daily Star le presentó a sus lectores “Un extraño momento en que un turista en Magaluf desfila desnudo por la calle antes de echarse un clavado de cabeza a un contenedor” .

¿Pero esta vergüenza nacional está por llegar a su final? Thomas Cook dijo la semana pasada que está por cerrar su negocio Club 18-30, proveedor de muchas de las fiestas más salvajes en las últimas décadas y famoso por su publicidad sexualmente sugestiva. Club 18-30 comenzó en 1970, lo que significa que muchos de sus primeros clientes ahora tienen 70 años o más, y Cook lo adquirió en 1998.

Pero sus nietos quieren un tipo de diferente de vacaciones, de acuerdo con Peter Fankhauser, director ejecutivo de Thomas Cook. En la actualidad a los vacacionistas jóvenes les preocupa cómo aparecen en las redes sociales. Buscan un aspecto más sofisticado. “Quieren tener fotos elegantes y geniales en Instagram”, dijo Fankhauser.

En abril, la compañía presentó un “nuevo hotel concepto” llamado Cook’s Club, que llevará “a la playa una estética moderna y dirigida por el diseño a un precio interesante para el mercado masivo”.

Hay otras señales de la disminución del hedonismo entre los jóvenes de la actualidad. En un estudio de 2017 que realizó la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido (ONS, por sus siglas en inglés) se mostró que las personas entre 16 y 24 años de edad bebían menos alcohol que cualquier otro grupo de una edad mayor. Hay un marcado aumento en el número de personas en este grupo de edad que no beben en lo absoluto.

Pero otras estadísticas cuentan una historia diferente. El número de británicos que fueron arrestados en España el año pasado fue de 1,317, cambió poco en comparación con 1,379 en 2016, y todavía muy por encima de los 929 que arrestaron en 2015, de acuerdo con las cifras de la Foreign Office (Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones.)

Y si bien los británicos más jóvenes beben menos que sus mayores, hay más probabilidad que beban de manera compulsiva cuando lo hacen. Los hombres en un grupo de edad de entre 18 y 24 años tienen más probabilidad de beber en exceso que otro grupo de edad, de acuerdo con la ONS. El segundo mayor grupo de bebedores compulsivos son las mujeres de entre 16 y 24 años.

Por tanto, no es de extrañar que los lugareños en algunos de los lugares de vacaciones más famosos no noten a estos viajeros más sofisticados y expertos de redes sociales. “El comportamiento de los turistas británicos no mejora mucho desde 2015”, me escribió en un correo electrónico Iñaki Moure, periodista del diario Diario de Mallorca. “Siguen bebiendo hasta perder el conocimiento en el medio de la calle. Siguen participando peleas grupales. Todavía hay episodios de desnudez en público. El infame balconismo todavía es un problema”. (“Balconismo”, para los felices no iniciados, es saltar de un balcón de hotel a otro, o desde un balcón a una piscina, lo que como consecuencia a veces resulta en lesiones graves o incluso la muerte).

Pero eso no significa que nada haya cambiado, dijo Moure. “Lo que cambió en Magaluf es la respuesta de las autoridades y la sociedad. Ellos son más estrictos. No toleran este tipo de comportamientos como lo hacían antes. El ayuntamiento local prohibió beber en la calle e impuso multas por desnudez”.

Malia también emprendió una ofensiva. El Times informó el año pasado que 95% de los 137 hoteles de la ciudad decidieron rechazar las reservaciones de grandes grupos de turistas del Reino Unido. Un hotelero local le dijo al periódico: “No tenemos nada en contra de estos chicos ni contra el pueblo británico en general. Pero estos grupos de turismo operan al borde de la negligencia criminal. Con un silbato en la mano, conducen a los adolescentes que ya se encuentran en estado de ebriedad desde sus hoteles a recorridos organizados por bares, hasta 17 antros en la ciudad”.

La referencia a la naturaleza organizada del estruendo británico es la clave. Se requiere mucho más que un grupo de jóvenes que beben mucho para convertir un complejo turístico en algo malo. Se requiere que las compañías de viajes negocien tarifas reducidas con los hoteles y los bares locales. Si el final del Club 18-30 de Thomas Cook significa que hay menos vacaciones baratas alimentadas por alcohol, es posible que tengan que quedarse en casa o seguir en Instagram a sus pares en algo más tranquilo.





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