Para la mayoría de las personas, superar la muerte de un ser querido no es nada sencillo y vivir la etapa del duelo puede llegar a ser un verdadero dolor para quien lo enfrenta y su familia. Gloria Cervantes Rodríguez es tanatóloga y logoterapeuta, y nos indica que el superar la pérdida de una persona dependerá de quién es el que muere, qué tan cercano somos a ella y cómo fallece.
Generalmente esperamos que la muerte respete las generaciones, es decir primero se van los abuelos, después los padres, los hijos y los nietos; cuando la muerte se salta una generación todo se trastoca, señala.
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La tanatóloga nos detalla que existen cinco etapas del duelo. La primera será la “Negación”, el decir no puede ser y no aceptarlo. La segunda es la “Ira”, cuando se genera mucho coraje porque la persona que fallece nos abandona, el no haber podido hacer nada por él, llevándonos a un enojo con Dios.
La tercera etapa es la “Negociación” que se hace con el Ser Supremo, aquí entra la fe para que nos de paz y tranquilidad. Tras la negación viene la cuarta etapa de “Depresión emocional”, porque nos damos cuenta de que ya lo perdimos, generando mucha tristeza. Con esta depresión puede llegarse al punto que la persona que queda en duelo piense en el suicidio, siempre y cuando sea una persona demasiado allegada.
El último paso es la “Aceptación”, reconocer que tuve la pérdida y empezar una nueva rutina de vida sin esa persona, porque la vida sigue.
“Hombres y mujeres sufren igual una pérdida, pero los duelos se viven diferente: en el caso de la mujer lo platica y llora, mientras que el hombre hace silencio y se retira a un lugar alejado, pensativo recordando a la persona que perdieron. Lo ideal es que no se les presione y permitir guarden silencio unos días para que asimile su pérdida”, recomienda Gloria Cervantes.
El duelo, expresa, puede durar hasta dos años de acuerdo con su experiencia, después se vuelve un duelo patológico, porque se empiezan a generar síntomas de una enfermedad que antes no tenía, pero todo es porque la partida del ser querido no se resolvió y no se hizo la aceptación.
El ser humano es ritualista: el velorio
Referente al velorio, indica, nos sirve como ritual y para nosotros como seres humanos el ver a nuestro familiar en un ataúd significa empezar la separación, el desprendimiento y termina cuando lo llevamos a inhumar, cuando vemos que bajan el féretro, le echan la tierra y se le colocan las flores; entonces para nosotros es la terminación del ritual de pérdida y de esta manera el duelo se lleva muy diferente en esa tesitura, porque vimos que lo perdimos a diferencia de cuando se hace el proceso de cremación.
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Masajes tipo spa para el ser querido
Cuando nuestro familiar fallece por la circunstancia que sea, buscamos que en el féretro tenga el mejor semblante de paz posible, pues será la última imagen que tengamos de él. En el concepto de un memorial por increíble que parezca, Gustavo González nos detalla que el ser querido entra literalmente en un spa para recibir masajes corporales, aceites esenciales, humectantes, un adecuado aseo, vestido, maquillaje y peinado profesional todo con el objetivo de obtener la apariencia de tranquilidad y paz absoluta respetando la dignidad del ser querido