La princesa Diana de Gales murió el 31 de agosto de 1997 en un aparatoso accidente automovilístico ocurrido en el Puente del Alma en París, Francia, sin embargo, existen teorías conspirativas que desafían a la versión oficial.
Algunas de las especulaciones más populares involucran a la corona inglesa y un supuesto desacuerdo con el noviazgo de la princesa con el magnate egipcio Dodi Al.Fayed, quien murió también en el accidente. Otras versiones señalan al chofer y lo culpan de haber consumido alcohol y antidepresivos, además de su poca experiencia, sin embargo, un investigador aportó nuevos datos.
El forense Richard Sheperd, en su libro Unnatural Causes (Causas no naturales), asegura que la princesa pudo haber sobrevivido al accidente de no haber sido por una “diminuta herida” en el pecho.
De acuerdo con su investigación, los tripulantes del automóvil murieron de inmediato, a diferencia de Diana, quien aún mantuvo comunicación y se mostró estable hasta la llegada de los paramédicos, quienes no lograron identificar de inmediato el problema.
“Esa herida suponía un pequeño rasguño en la vena de uno de sus pulmones, anatómicamente, es algo que está escondido, en el centro del pecho.
"Las venas, que no tienen la misma presión que las arterias, sangran más lentamente; de hecho, tanto que cuesta identificar el problema y una vez identificado, es todavía más difícil de reparar", dice el investigador.
Richard Sheperd detalla en su libro que la herida de Diana era “muy pequeña, pero en el lugar erróneo” y que de acuerdo con los análisis periciales realizados esa noche, existe la posibilidad de que al usar el cinturón de seguridad, las lesiones se hubieran limitado a fracturas y golpes, sin llegar al desgarro de la vena.
"Si hubiera usado el cinturón de seguridad, y si hubiera sido puesta en una ambulancia inmediatamente después del accidente. Seguramente habría aparecido un par de días después en público con un ojo morado, con dificultades para respirar, alguna costilla fracturada o con un brazo en cabestrillo", detalla.
El autor concluye explicando que el tipo de herida es tan rara que jamás había visto un caso similar en sus años de experiencia.
DIGL