El Filósofo de Güémez tiene un estilo peculiar para decir obviedades y sobre lógicas, de una manera tan sencilla sin llegar al cantinfleo, pero que coinciden en los absurdo, incluso la deconstrucción de refranes populares, en varias de las ocasiones llevan a hacer una reflexión sobre la vida cotidiana, de las contradicciones diarias del ser humano.
Ideológico de la cotidianeidad de la vida, una curiosa e irónica forma de decir lo que por ley física o natural, es, y que rompe las complicaciones reflexiva.
¿Pero dónde se originó el Filósofo de Güémez?
El personaje es ficticio, aunque alcanzó una mayor popularidad cuando Ramón Díaz Durón, fallecido en 2016, lo "patentó" a finales del siglo pasado, tomando dichos populares de la región y publicándolos en varios tomos.
Sin embargo, se atribuye a muchas personas el origen de esta identidad de lo absurdo, dichos que surgieron del campo, de los trabajadores, del sentido del humor.
Ramón Díaz Durón explicaba que sus escritos eran una gran recolección de frases, voces, comentarios, que registró en sus libros.
Carpintero de la vida
Originario de Ciudad Victoria, músico y carpintero de oficio, José Calderón Castillo, de personalidad dicharachera sobre su lógica cotidiana y elemental lo hicieron popular en el municipio de Güémez. De profesión carpintero, era polifacético y dicharachero.
Otro al que se atribuye el origen el personaje, Darío Guerrero, era un hombre de pocos estudios pero con una capacidad de reflexionar sobre la vida, y eso atraía a la comuna de Güémez.
Las frases
¿Conoces algunas de las frases del Filósofo de Güémez? Pues aquí te dejamos una selección:
"Así pasa cuando sucede"
"Agua que no corre, es charco"
"El que anda de buenos, no puede andar de malas"
"Cría cuervos y tendrás muchos!"
"La confianza dura hasta que se acaba"
"Curva que se endereza: es recta"
"Jamás las gallinas de abajo podrán cagar a las de arriba"
"Todo lo que entra tiene que salir, a menos que se quede adentro".