No hay viaje que alcance para probar toda la oferta gastronómica que crece cada día en Las Vegas; los chefs más reconocidos del mundo se han dedicado a abrir sus restaurantes en esta ciudad e incluso a crear nuevos conceptos de su creatividad culinaria.
Se acerca un buen puente en noviembre, ideal para lanzarse a Las Vegas a probar algunas delicias; aquí una agenda para desayunar, comer y cenar en estas vacaciones.
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En el hotel The Cosmopolitan se unen México, China y España, gracias al chef José Andrés, que creó China Poblano, un espacio muy lúdico en su decoración y delicioso en su cocina. A la cabeza de este espacio está el chef ejecutivo Carlos Cruz Santos, con sus cuatro cocinas: la taquería, la vaporera, el grill y el wok.
De entrada, hay que tomarse una Salt air Margarita, creada por el mismísimo chef José Andrés. El menú es extenso y muy variado. Lo que no te puedes perder aquí: tacos de carnitas, el Dan Dam Mian (fideos con cerdo Szechuan, cacahuates, cilantro y chile piquín), el arroz frito con 20 vegetales, y de postre: sticky rice de mango.
También en The Cosmopolitan, justo en el centro del hotel, con un candelabro impresionante que abarca tres pisos, está el bar The Chandelier, ideal para tomarse unos tragos antes de la siguiente actividad. La carta es extensa, pero vale la pena probar dos de los tragos insignia del lugar: Estamos todos locos aquí, un homenaje a Alicia en el país de las maravillas, con dos botellas para combinar en un vaso: la bebida azul a base de ginebra que cambia de color cuando se mezcla, incluye una etiqueta comestible que hormiguea la lengua.
También en la avenida principal, The Srip, está Grand Canal Shoppes en The Venetian Resort, un hotel y centro comercial que nos lleva por la acuática Venecia y sus canales –con góndolas y gondoleros que cantan el “O sole mio”–.
Ahí se encuentra Tao Asian Bar, un restaurante, bar y centro nocturno, que es ideal para pasar gran parte de la noche. Al menos la cena sí es un must en la visita a Las Vegas, la cocina panasiática es un verdadero placer, y el diseño del lugar transporta a los comensales al oriente, en tonos rojos y luces tenues. Prácticamente todo aquí es rico.
Segundo día
El día empieza con hambre, pero sin prisa, y en The Cromwell está Giada, el restaurante de la famosa chef y presentadora de televisión Giada de Laurentiis. El brunch es famoso en este lugar, y su panadería merece premio aparte.
Para empezar –o para terminar– no olvidar la selección de pan fresco, que incluye un muffin de mora azul, un croissant de chocolate, un cheesecake danish de fresa y un scone de queso parmesano con romero; de no creerse de tan ricos. El menú de brunch incluye carnes frías, aperitivos (frutas con yoghurt o albóndigas de cebada), mariscos frescos –el carpaccio de salmón muy bueno–, opciones de desayuno –imperdible la frittata caprese y los hotcakes de chispas de chocolate–, ensaladas, pasta y paninis. Y para acompañar todo esto al estilo Las Vegas, una extensa variedad de cocteles.
El centro de Las Vegas es un lugar que hace algunos años se ha rescatado; ahí se encuentra el barrio artístico, en donde se respira otro ambiente del destino; y donde, por supuesto, también hay excelentes restaurantes para conocer.
Ahí, la empresa Lip Smacking Foodie Tour tiene un recorrido en esta área, en el que los comensales prueban un menú de degustación en tres restaurantes y un bar. De verdad vale la pena conocer esta parte de la ciudad.
De regreso al Strip, en una zona relativamente nueva está Resorts World Las Vegas, tres hoteles de la cadena Hilton: Conrad, Hilton y Crockfords. La variedad de restaurantes de este complejo es enorme con alrededor de 40 bares y restaurantes.
En el piso 66, con una vista impresionante de todo el Boulevard Las Vegas, está Alle Lounge on 66, un elegante bar con paredes de madera y sillones de piel, en donde se sirven bebidas, cocteles y algunos platillos pequeños a modo de botana. El lugar ideal para tomar unos tragos y platicar tranquilamente.
Para cenar ya en forma, ahí mismo en el primer piso junto al casino, está Kusa Nori, un bistro japonés que ofrece una buena variedad de opciones, como la barra de sushi y las mesas para teppanyaki; además de otras especialidades japonesas creadas en el restaurante, como los ostiones Shigoku, que se sirven en un plato con hielo seco y al llegar a la mesa comienza a humear, el carpaccio de pescado Kanpachi, o el Hama Crispy Rice, pescado hamachi sobre un trozo de arroz crujiente.
El tercero
Para iniciar la mañana, y casi para cualquier hora del día –al fin que de vacaciones y en Las Vegas no hay ningún motivo para despertar temprano, el brunch es mejor aún que el desayuno–, el restaurante Matteo’s en The Venetian es uno de los mejores restaurantes italianos en la ciudad, y hay quien asegura que es donde se sirve la mejor pasta –la Mandilli di Setta es única–.
Volviendo al alimento casi matutino, en Matteo’s hay que probar sí o sí los hotcakes de ricotta, con frutos rojos, crema de mascarpone, mermelada de naranja y jarabe de maple. Otra recomendación son los huevos Benedict. Para maridar, una mimosa, aquí las sirven de naranja, pera o piña.
Para comer, el hotel Aria ofrece un restaurante de cocina asiática. Catch recibe al visitante con un impresionante túnel de flores y plantas totalmente instagrameable; pero eso no es lo mejor, su menú es un agasajo. Como el sashimi de trufa, de hamachi y atún con caviar y trufa; o el Catch roll, un rollo de cangrejo y salmón con salsa miso –además la presentación es espectacular; delicioso también el Miyazaki japonés de Wagyu, que se lleva a la mesa en rebanadas muy delgadas con una piedra caliente para cocinarlo. El postre aquí es ‘un trancazo’, el pastel Hit Me, tres pisos de brownie, helado de dulce de leche y pastel de chocolate, hasta arriba una sorpresa al golpear el pastel.
La despedida nocturna de Las Vegas tiene que ser en The Mayfair, del hotel Bellagio. Es un viaje al pasado, a aquellos cabarets que ofrecían show y cena en la misma noche, con las icónicas fuentes del Bellagio de fondo en el ventanal.
La especialidad en la carta son los cortes de carne, y también hay mariscos y ensaladas. Mientras disfrutas de un New York, de un Prime Rib o de una cola de langosta Termidor, bailarines y bailarinas se suben al escenario, se cuelgan del techo y bailan entre las mesas al ritmo de la música. Es una experiencia inolvidable.
hc