Un antiguo edificio del siglo XVIII en el centro de París fue seleccionado para ser la primera boutique de la marca de cosméticos japonesa, EM, que significa belleza. La identidad y estrategia de esta firma se basa en potenciar al máximo tres aspectos principales: la belleza, el círculo como figura geométrica y la conexión, los cuales derivan de los diferentes significados de la palabra en su idioma original.
Este reto constituye una ambiciosa propuesta de interiorismo que el estudio francés ARCHIEE se dio a la tarea de realizar para cumplir con las expectativas del proyecto.
El sitio se divide en dos niveles: la planta baja y el sótano, separados en cuartos más pequeños por medio de muros circulares hechos de latón pulido, reflejando cálidamente el espacio, para el interior se optó por un acabado blanco para expresar la pureza espacial. Por otra parte, los espacios residuales definen una experiencia llamativa y una circulación cautivante que lleva a los clientes a recorrer cada uno de los ámbitos indirectamente, emulando la tradición de hospitalidad japonesa.
La distribución de la tienda se divide en cuatro ambientes principales: dos bóvedas de piedra en el sótano y dos cuartos con piso de yeso blanco.
El círculo es un motivo recurrente de composición en distintos formatos y escalas para cada ámbito, por lo que desde la recepción hasta la barra de preparación el cliente puede sumergirse en la esencia y la estética de este mundo cosmético, siempre guiado por un simbolismo geométrico.
YVR