Marta Lamas: ¿El sexenio de Peña en una palabra? Guácala

En este Interrogatorio Milenio, la antropóloga y feminista nos contó cuál es su talento oculto y nos dijo cómo erradicar la palabra feminazi.

Ángel Soto
Ciudad de México /

A Marta Lamas la conocemos como antropóloga, feminista y profesora de la UNAM y el ITAM, pero también es una amante del chocolate amargo, rebelde confesa y admiradora de Carlos Monsiváis.

Con enorme sentido del humor, en este Interrogatorio Milenio nos reveló que le habría gustado ser cantante de cabaret y nos explicó por qué no tiene Facebook ni Twitter.

TE RECOMENDAMOS: #MeToo va contra acoso, no contra coqueteo: especialistas

—¿Qué objeto tienes junto a la cama?

Tengo libros y tengo a mis gatos. No tengo televisión

—La cosa más absurda que te han dicho:

[OBJECT]Androcéntrica, que quiere decir estar centrada en los hombres. Yo soy androfílica, amo a los hombres. Pero estoy centrada en las mujeres y mi trabajo tiene que ver más con mujeres. Imagínate la lucha por el aborto es un tema sólo de mujeres.

—¿Si no hicieras lo que haces, a qué te dedicarías?

Cantante, corista, cabaretera. No a estas alturas de la vida, pero de joven. No, en serio, me hubiera gustado ser abogada.

—¿Guillermo del Toro se va a llevar el Oscar?

No sé, no he visto la película

—¿Cuál es la mejor película que has visto este año?

Voy muy poco al cine, no me acuerdo.

—El peor de tus gustos culposos

Chocolates. Chocolate amargo con un poquito de sal: soy capaz de comerme cuatro o cinco de 100 gramos al día. Es un horror

—¿A qué personaje mexicano admiras?

Carlos Monsiváis

—El sexenio de Enrique Peña Nieto en una palabra

¡Guácala!

—¿Qué significa para ti una bandera izada al revés?

Una pendejada. Error humano.

—¿Qué es lo que siempre cargas contigo?

Un libro, porque luego llego muy temprano a los lugares y mientras empiezan las juntas, [me pongo a leer].

—Tu palabra favorita

Libertad

—Tu lugar favorito

La Ciudad de México

—Tu mejor recuerdo de la infancia

Montar a caballo

—Un talento oculto

No sé si sea oculto, pero yo canto y he hecho grupos que cantan, entonces tengo un alma medio cabaretera.

—Si te condenaran a hacer una sola cosa cada día durante los próximos 10 años, ¿qué sería?

Leer

—¿Qué palabra te define?

A lo mejor rebelde

—¿Estamos social y culturalmente preparados para tener un movimiento #MeToo en México?

No es que la sociedad esté o no preparada. Cuando salen las cosas es que ya salieron. Está a la vuelta de la esquina.

—¿Las redes sociales lo ayudan o lo perjudican?

No sé, porque no estoy en redes sociales

—¿Por qué no?

Porque soy del siglo pasado y hay una cosa que se llama brecha digital o tecnológica y yo soy una mujer de la tercera edad, y no ando en redes, ni tengo Facebook ni Twitter.

—Un hombre puede declararse feminista?

Claro que sí

—Una situación vergonzosa que te haya ocurrido

Mis situaciones vergonzosas son de cuando era más chava. En una competencia hípica, me bajó la regla y al bajarme del caballo —yo no venía preparada— tenía todo el pantalón manchado de sangre. Fue bastante vergonzoso.

—¿Qué hiciste?

Ponerme el suéter para tapar un poco, pedir a alguien que me ayudara a traerme otro pantalón, porque la competencia seguía.

—Si fueras un animal, ¿cuál serías?

Sería una lagartija, o un cocodrilo —¿hay cocodrilas mujeres?—, me encantaría ser una cocodrila. Me encantan los cocodrilos. Me hubiera gustado ser un gato, ellos son mucho más independientes que yo, pero yo creo que lagartija porque me gusta mucho estar tumbada al sol.

—La compra más absurda que has hecho

Una bolsa muy cara.

—Un concierto inolvidable

Cuando vino Rostropóvich a México. El concierto de cello que dio en Bellas Artes fue impresionante.

—¿Cuál es la mentira más convincente que has dicho?

Que soy una persona decente

—¿Cómo erradicamos la palabra feminazi?

Con conocimiento, con estrategia, con difusión pública. Con entender lo que realmente fueron los nazis y lo que realmente son las feministas.

—¿Tienes algún miedo irracional?

No, todos mis miedos son políticos y muy racionales.

—Hablando de políticos, ¿tienes algún consejo para los políticos?

Ay, no —dice suspirando—, no tengo consejos para los políticos.

—¿Con qué personalidad, del presente o del pasado, te gustaría platicar?

Con Virginia Woolf, porque la admiro impresionantemente y habría muchísimas cosas que le tendría que preguntar.



ASS

LAS MÁS VISTAS