Ophelia Pastrana es yotuber y tiene por lo menos 47 mil suscriptores en su canal. Es famosa por su comedia, su trabajo en pro de la comunidad LGBT, sus conferencias, además es influencer, TED-talker, divulgadora de ciencia y, desde noviembre pasado, la primera mujer transexual en recibir su carta de naturalización como mexicana.
Tiene 36 años y mide 1.90; sin embargo, asegura que con tacones alcanza hasta 1.98 de estatura. Es rubia, delgada y de piel muy blanca.
En junio pasado la revista Forbes la nombró, por segundo año consecutivo, una de las 100 Mujeres Más Poderosas en México.
Este año, además de la doble naturalización, la BBC la seleccionó como una de las mujeres más inspiradoras e influyentes del mundo, distinción que la convirtió en la primera mujer transexual en aparecer en esa lista. El nombramiento se lo dieron por su talento como comediante y por su influencia en redes sociales.
Nació en Bogotá, Colombia. Para ser exactos, la madrugada del 4 de octubre de 1982. Ahí creció; sin embargo, a los 17 años comenzó un viaje por el mundo que la trajo hasta tierras mexicas donde, dice: llegó siendo un joven bogotano de 25, que al final se transformó en mujer mexicana.
¿Cómo define su vida?
En una sola palabra: ¡Cambio! De residencia, de aspecto físico, de género, de pensamiento y de luchas. Salí de mi casa porque me fui a estudiar a Estados Unidos, ahí hice la licenciatura en Física. He vivido en Venezuela, Buenos Aires y en Australia, donde hice una maestría en Econometría
¿Por qué salió de Colombia?
Por la misma razón que lo hacen cientos de latinos, por la inseguridad. El día que llegué a México, me enamoré de esta tierra. Vine a ver a mi padre que había vivido aquí desde hace mucho, pero descubrí lo poco explotado que estaban las páginas web para diarios en México, entonces me quedé. Vi en esta tierra la oportunidad explotar mis conocimientos en sitios web para medios y no me equivoqué, hasta el momento vivo de esto.
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La charla con Ophelia es la típica que hoy tienen dos millenials: a través del teléfono móvil y por whatsapp. Su número me lo compartió en un MD en Twitter. Nunca nos hemos visto en persona, la entrevista se pactó luego de que se le solicitara en 280 caracteres.
La intención era verla y resguardar con la grabadora la serie de preguntas; sin embargo, su trabajo impidió el encuentro físico, pero no el virtual.
Uno tras otro se fueron enviando los mensajes: ¿Dónde naciste? ¿De qué número calzas?¿De izquierda o derecha?¿Quién es Ophelia? ¿Qué estás leyendo? fueron algunas de las preguntas que a lo largo de los días fue respondiendo la nueva México-Colombiana.
Ophelia, o como le puso su madre al nacer, Mauricio Francisco Pastrana Bogotano, asegura que “Ser uno mismo es lo que nos deja salir adelante”
“Me nacionalicé como hombre mexicano hace siete años”, pero sin dejar de lado la nacionalidad colombiana pero, una vez que cambió de sexo, también pidió hacerlo en sus cartas de naturalización.
¿Cómo fue el proceso de cambiar?
Fue un tema, porque antes de mí no existía un proceso, ellos decían cómo lidiamos con un apersona que cambió su nombre y género, mi identificación sigue siendo la de Mauricio. Así comenzó el proceso de reasignación, acudí a la Secretaría de Relaciones Exteriores y les dije que quería homologar mis documentos, que no había sucedido antes.
Se diseñó un procedimiento y al final fue el ex secretario Luis Videgaray quien me entregó el documento. Me siento orgullosa de eso porque con esto se deja precedente para que vuelva a suceder, y porque esto quiere decir que la secretaría está dispuesta a cambiar sus procesos de inmigración para apoyar a la comunidad LGBT.
¿Qué se siente ser poderosa?
Es bonito estar en estas listas, pero creo que lo hacen con el objetivo de mostrar su activismo. En realidad lo que están diciendo es: ‘miren, tenemos una mujer transexual en mi lista’, y así generar una bonita respuesta. Yo preferiría que no fuera así, que la novedad no sea ser una mujer transexual, sino que en el futuro sea tan común vernos en todas partes que al final solo seamos famosas por lo bien que hacemos nuestro trabajo.