Una de las razones de peso para que Meghan Markle y su esposo, el príncipe Harry decidieran abandonar la realeza británica, fue precisamente el constante acoso de la prensa sensacionalista británica. Cuando terminaron sus obligaciones reales, partieron a Estados Unidos, en donde intentan rehacer su vida de manera más pacífica que el Reino Unido.
Sin embargo, la paz no parece querer permanecer con los Sussex, pues al parecer, la pareja tuvo que denunciar ante la policía la presencia de un puñado de drones sobrevolando su mansión, mientras ellos intentaban disfrutar de un día en la piscina junto a su hijo de un año, Archie.
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Y es es un poco difícil mantener la privacidad pues los duques están viviendo en una casa alquilada o cedida que pertenece al productor Tyler Perry, un amigo de la pareja, valuada en 18 millones de dólares que está ubicada en un vecindario en donde residen varias celebridades hollywoodenses.
Hace unas semanas, los duques reaparecieron en un video filmado por Harry en su casa de LA mientras Meghan leía al pequeño Archie.
Según reportó "una fuente cercana a la pareja" al diario The Dauly Beast, los Sussex tuvieron que llamar varias veces a la policía para reportar a los drones que sobrevolaban a menos de 7 metros sobre sus cabezas. Además, existe la posibilidad de que éstos sean manejados por paparazzi, pero según la misma fuente, Meghan ha recibido amenazas racistas, por lo que los duques podrían estar temiendo un ataque terrorista.
Hace poco, un diario británico reveló que sería el príncipe Carlos quien se encargue de la seguridad de la familia de su hijo en los Estados Unidos, pues el presidente Donald Trump aseguró que su gobierno no cargaría ese peso sobre los hombros. Sin embargo, la fuente de ese medio aseguró que los duques no desean un trato especial, sino que sólo piden tener la seguridad a la que cualquier persona tiene derecho.
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