Meghan Markle llega al final del 2018, sin duda su año, con el récord de haber gastado 1.12 millones de euros (más de 25 millones de pesos) en ropa y accesorios como zapatos, sombreros y bolsos (queda excluido el maquillaje y/o los tratamientos estéticos), según contabilizan varios medios británicos en los que oscilan las cifras en mil euros arriba, mil euros abajo.
Un ejemplo del gusto de la duquesa de Sussex (37) por la indumentaria de diseñadores conocidos fue el traje que llevó para ir a misa el día de Navidad a la iglesia de Santa Magdalena en la hacienda real de Sandringham, condado de Norflolk, donde los Windsor pasan estas fechas y donde los duques de Cambridge tienen su residencia de campo.
Meghan, embarazada de cinco meses, lució un abrigo de color azul marino del catálogo de Victoria Beckham al precio de 2 mil 500 euros (56 mil 315 pesos), unas botas de mil 120 euros (25 mil 230 pesos) y un bolso también de la Spice Girl convertida en diseñadora de mil 400 euros (31 mil 536 pesos). En total, sin contar el tocado de la cabeza, la duquesa llevaba encima más de 5 mil euros (112 mil pesos) para ir a misa.
Los 5 mil euros en ropa para el día de Navidad (su cuñada Kate Middleton con su estilo clásico no se debía quedar muy lejos) no fue la mayor cifra gastada en un día, a excepción del día de su boda, claro. En la visita oficial que hicieron los duques de Sussex a Dublín haca unos meses, Meghan lució en un día 30 mil euros (675 mil 800 pesos) en ropa al cambiarse cuatro veces de vestido o traje, desde la salida de Londres hasta la recepción nocturna en la Embajada británica en la capital de la República de Irlanda.
El gasto que lleva Meghan Markle en ropa y accesorios desde que entró a formar parte de la familia real es analizado con minuciosidad por varios medios de comunicación que optan por esta forma de tratar a la duquesa.
El precio del armario de Meghan es un zumbido permanente, como lo es la relación que mantiene con su cuñada Kate Middleton, modelo de meritocracia inglesa y convencionalismo actualizado. Por debajo del estilo de ropa y la sinceridad de sus sonrisas, dos tipos distintos de mujeres para los medios británicos.
Aunque Meghan parecía muy feminista y radical cuando trabajaba de actriz de televisión en Toronto (Canadá), como duquesa de Sussex rebajó el tono de sus opiniones y encauza su actividad hacia causas benéficas de su interés.
Vestidas para Navidad y con sonrisas y gestos de paz, alegría y armonía, las dos cuñadas y sus maridos han hecho todo lo posible para acallar los rumores de peleas entre ellas, y de rebote entre los príncipes William y Harry.
Según cuenta una fuente anónima a The Sun, la reina Isabel II y el príncipe Carlos han intervenido en la guerra entre Kate y Meghan, sisters-in-war (hermanas en guerra), tal como las llaman algunos medios basándose en fuentes anónimas que siempre tienen opiniones para todos los gustos y justifican con anécdotas el estado de las relaciones personales.
RL