Hacer cerveza es un proceso de muchísimos años que se va curtiendo con experiencia y sabor, pero también con el trabajo de miles de manos que le van dando un sabor especial a cada producto, además de las semillas, el malteado, así como el lúpulo que durante décadas va teniendo un trato específico para ofrecer un producto final de alto valor.
“Toda la cebada que se utiliza en la planta es mexicana, aunque no toda es de Zacatecas, gran parte viene desde el Bajío el Altiplano, esperamos que muy pronto podamos decir que toda la cebada que utilizamos viene de esta región”, comenta a M2, Rafael Sánchez Galván, director general de la cervecera más grande del mundo, ubicada en Zacatecas.
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En el recorrido por la planta y justo donde se embotella la cerveza, el directivo de Grupo Modelo comentó que se tienen variantes de cebada para cada una de las 14 marcas que tienen y se preparan con diferentes recetas. “La variedad es algo que hemos desarrollado, dotando a los productores con la semilla tan variada que se produce cada año”.
La cebada es una de las piezas esenciales en la elaboración de cerveza y un punto muy importante para la planta, que cuenta con su propia maltera. La malta es el ingrediente que permite que la cerveza tenga diferentes tonos, colores, distintos niveles de alcohol, algunas variaciones en el aroma y sabor.
“De repente nuestros agrónomos nos mandan nuevas semillas, tenemos un rancho donde se cultivan diferentes semillas de cebada, estamos en constante innovación para ser más productivos”, dijo Sánchez Galván.
Lo mismo sucede con el lúpulo, una planta que debe cultivarse en lugares muy fríos y que el grupo trae desde el norte de Canadá. El lúpulo es uno de los ingredientes esenciales para la elaboración de la cerveza, ya que, sin éste, carecería de ese sabor, amargo y aroma tan característico.
“Y, por cierto, no es sencillo cambiar de lúpulo, hay que poner mucho énfasis en este punto porque es precisamente lo que le da ese brillo que se puede medir, y que nosotros presentamos, por ejemplo, con Corona, en un envase completamente transparente”, explica.
Los maestros cerveceros dan el visto bueno
Sin embargo, no todo depende de la semilla o la mezcla de las mismas, siempre falta el toque humano, y éste se lo dan los maestros cerveceros, quienes son esencialmente alquimistas de sabores, y los encargados de darle cuerpo y consistencia a cada producto.
“En este sentido, no hay mejor opinión que la experiencia que te da haber trabajado por años como maestro cervecero y Grupo Modelo lo sabe, por lo que tenemos nuestras propias escuelas y se ha enviado gente a países como Estados Unidos, Alemania o Bélgica, para seguir con su capacitación, porque cada planta tiene varios maestros cerveceros, quienes son los encargados de hacer las catas y darle su propio estilo a cada una de la marcas, por lo que esto es sumamente importante para nosotros, ya que todos ellos son los encargados de darle este toque preciso de calidad”.
Maestros cerveceros mexicanos reconocen que el brillo en el líquido de una cerveza puede medirse, además, de acuerdo con los expertos, es un estándar de calidad durante el proceso cervecero. En ese sentido, la cerveza emblemática del país y la cerveza mexicana más popular en todo el mundo, Corona, es la más brillante del mercado.
Mejoras al producto
El “ingeniero Rafa”, como le llaman, incluso sus propios trabajadores, afirma que encontrar nuevos valores en una cerveza no es nada sencillo: “Siempre será más fácil hallar defectos en el producto que nuevos valores”.
Sentados en un pequeño salón en impecable estado, con una barra semicircular de madera tallada y brillosa, donde se encuentran los retratos de los fundadores de Grupo Modelo y tres vitrales que representan la historia de la cerveza, Sánchez Galván, nos lleva por la nostalgia de la creación de esta bebida en una cata que llena de nuevos conocimientos.
“No es solo beber el producto final, aquí, nos reunimos unos seis catadores para darle un nuevo toque a un producto que ha demostrado tener toda la calidad requerida, pero al que, sin embargo, debemos encontrar mayor valor. De ahí se desprende el brillo.
Desde siempre nos hemos dado a la tarea de presentar un producto en botella transparente, para que el burbujeo y el brillo se noten abiertamente, lo que nos deja una sensación de limpieza y calidad cuando tomamos el contenido. Ese brillo es un plus de confianza que ofrece, por ejemplo, Corona, y que le da tanto valor con nuestros millones de clientes en el mundo.”, confirma.
ZacatecasLa planta más grande de producción de cerveza en el mundo, fundada en 1997, se encuentra en Zacatecas, en una extensión de más de 220 hectáreas cuenta con distribuidora y embotelladora, y un enorme espacio para la producción y generación de las diversas marcas que tienen.
Diariamente salen de esta planta entre 250 y 270 camiones de doble remolque para la distribución del producto en México; todo el proceso lo hacemos aquí, aunque cuentan con otras plantas.
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