Museo Leonora Carrington: un must en Xilitla

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El destino sinónimo de surrealismo es ahora el hogar del nuevo museo de la pintora surrealista.

El museo es el único en el mundo dedicado a su obra y existe gracias a Pablo Weisz, hijo de la artista (Cortesía).
Cristian Armenta
Ciudad de México /

En lo más alto de la Huasteca Potosina se encuentra un poema en verde con agua que cae desde las alturas hacia las Pozas, cuevas fantásticas y monumentos sin igual: es el Pueblo Mágico de Xilitla. Por sus calles pasaron íconos del surrealismo como Edward James y sus místicas estructuras, pero desde el pasado 19 de octubre es hogar de las obras de otro gran talento del movimiento, la artista Leonora Carrington (1917-2011). 

Se trata del Museo Leonora Carrington, que alberga una colección de escultura producida por la pintora en la última etapa creativa de su vida, entre las cuales destacan cinco bronces monumentales, además de 100 obras, entre ellas trabajos de joyería, grabado y bocetos nunca antes vistos. Podrás encontrar algunas esculturas a gran escala y una sección donde se muestran 25 pequeñas máscaras de bronce. 

El museo es el único en el mundo dedicado a su obra y existe gracias a Pablo Weisz, artista plástico e hijo de la artista, quien prestó las piezas al museo.

Sobre Leonora Carrington 

Originaria de Lancashire, Inglaterra, se estableció como figura clave en el movimiento surrealista y como artista de notable individualidad. Su biografía es colorida, incluyendo un romance con Max Ernst, un escape de los nazis, enfermedades mentales y la vida de expatriados en México.

 En su arte, sus composiciones oníricas altamente detalladas de criaturas fantásticas se basan en un simbolismo intensamente personal. En 1942 se estableció en México y se encontró con algunos amigos refugiados que incluyeron a Benjamin Peret, Remedios Varo y Kati Horna.

 A lo largo de su larga carrera, publicó una serie de novelas, cuentos y obras de teatro, cine, pintó, hizo escultura y tapices. En general era una artista que dedicó su vida al amor de la creación. “The Temptation of St. Anthony”, su obra más cara, fue subastada por la casa Sothebys en 2014 por 2 millones 629 mil euros.

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