Con la intención de convertirse en la capital mundial del vino, París inaugurará en 2019 su primer salón anual internacional de esta bebida, un rol que delegó durante mucho tiempo a otras regiones vinícolas francesas como Burdeos o Borgoña.
"La estrategia es crear un gran salón francés del vino y recuperar una parte del mercado" ante la "ofensiva de los vinos del nuevo mundo", explicó Valery Dobry, que trabaja para la empresa que organiza Vinovision, una feria de vinos franceses del norte del país.
Francia, segundo productor mundial de vino, "está perdiendo cuotas de mercado internacional al presentarse de una manera demasiado fragmentada", lamentó Dobry.
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"El negocio del vino ha cambiado, si queremos conquistar nuevos mercados, sobre todo en Asia, los vinos franceses deben hablar al unísono y estar juntos en terreno neutral, en París", añadió un profesional del sector.
Esta feria, que se organizará del 10 al 12 de febrero de 2019 en la capital francesa, reunirá los años impares dos eventos que se celebran en el sur y el norte del país, Vinisud y Vinovision, que en 2016 acogieron en total a más de 2 mil productores y 30 mil visitantes.
Los años pares, a partir de 2020, el prestigioso salón de Burdeos Vinexpo se trasladará a París.
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"Los compradores internacionales buscan optimizar sus viajes, en Francia faltaba un gran salón profesional del vino como Prowein en Dusseldorf, en Alemania, primero del mundo", indicó Ahmad Monheim, presidente de Adhesion group, organizador de Vinisud, una feria dedicada a los vinos mediterráneos.
Hasta ahora, París organizaba un salón del vino consagrado a los parisinos, que reunía a unos mil productores independientes.
Este año, aprovechando una explosión del 20 por ciento del consumo de vinos orgánicos, la capital francesa acogerá también una feria dedicada a este tipo de caldos.
ESS