La edición de septiembre de Vogue en Reino Unido está inmortalizada por una serie de fotografías realizadas por Peter Lindbergh, donde el fotógrafo demostró que no existe ningún impedimento para capturar fotos de moda. Te contamos por qué.
Para la edición de septiembre, Meghan Markle seleccionó a 15 personajes para protagonizar la portada coral, entre ellos se eligió
a la primera ministra más joven del mundo, Jacinda Ardern.
Una vez que la Duquesa de Sussex dio a conocer las 15 mujeres que aparecerían en la portada, empezaron las complicaciones. No fue nada sencillo cuadrar los tiempos de cada una de las participantes.
El caso de la dirigente neozelandesa Jacinda Arder significó un desafío profesional para Peter Lindbergh, ya que le era imposible tomar un vuelo de 23 horas de la ciudad de Auckland a Londres. Además, el fotógrafo debía retratar otros 14 rostros.
Peter Lindbergh dejó al final de la lista a Jacinda Arder en lo que encontraba la forma para capturarla, hasta que lo hizo a partir de una videoconferencia. Lindbergh fotografió la pantalla de la computadora en donde se realizaba la llamada. Así fue como apareció en la portada.
“Hice algunos disparos de prueba en París, así que sabía que podría funcionar”, relató Lindbergh a Vogue. “Me preocupa que pudiéramos perder parte de su energía. Que resultara frío y distante porque Jacinda estaba allí y nosotros aquí. Hablamos un poco y, aunque no pude escucharla bien, fue muy divertido. Estuvo sonriendo y riéndose todo el tiempo”.
El fotógrafo compartió a la publicación su admiración por la dirigente.
“No es una política que hable de cosas de protección oficial y luego se vaya en coches deportivos. Fue muy amable y, tengo que decirlo, extremadamente guapa”.
Así fue que la primera ministra de Nueva Zelanda apareció digitalmente en la portada en blanco y negro, donde lució sin maquillaje y sin ningún retoque. Algo que respondió a los deseos de Meghan Markle, que “quería ver pecas”. Este era el sello de Lindbergh, quien odiaba el maquillaje y retocar las fotografías.
El fotógrafo alemán murió este miércoles 4 de septiembre. Lindbergh redefinió la fotografía de moda contemporánea y sus estándares de belleza, al resaltar a las mujeres de todas las edades. Su trabajo quedó plasmado hace 30 años en una portada en la que aparecieron las supermodelos más icónicas de los años noventa.
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