Desde que somos muy pequeños y vamos a la escuela, aprendimos de memoria que el 15 de mayo no había clases porque se celebra el Día del Maestro. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué se eligió esa fecha para honrar y festejar a quienes dedican su vida a la docencia?
Existen al menos dos buenas razones para ello, una religiosa y una civil, y aquí te las contamos.
El 15 de mayo, el santoral católico celebra la fiesta de San Juan Bautista de La Salle —quien nació en Reims, Francia, a mediados del siglo XVII—, un sacerdote, teólogo y pedagogo que consagró su vida a la formación de maestros que se dedicaban a la educación de hijos de artesanos y niños de escasos recursos.
Con ese objetivo, Juan Bautista fundó la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas —mejor conocidos como los Hermanos de La Salle—, una institución de raíz religiosa pero de enseñanzas laicas, enfocada a la enseñanza y formación de niños y jovenes pobres y huérfanos.
Por estas obras, el 15 de mayo de 1950 el papa Pío XII nombró a San Juan Bautista de La Salle el "patrono universal de todos los educadores", y esta fecha se convirtió en una de las fiestas del santo —además del 7 de abril, aniversario de su nacimiento.
Por otro lado, en México la conmemoración del Día del Maestro se la debemos al presidente Venustiano Carranza, quien en 1917, a iniciativa de los diputados Benito Ramírez y Enrique Viesca, decretó que el 15 de mayo se celebrara a los maestros de nuestro país.
El primer Día del Maestro se celebró en nuestro país en 1918. La elección de esa fecha obedeció a que la fiesta de San Juan Bautista de La Salle coincidía con el aniversario de la toma de Quéretaro.